Anna González también escucha, pero quiere algo más que buenas palabras. Quiere una solución rápida. Las próximas víctimas no tienen tanto tiempo.
Después de ganar el Giro con Froome y el Tour con Geraint Thomas, lo lógico y lo obligado en el equipo más poderoso del mundo era perseguir la triple corona.
El último desafío de España es el K4, que ha formado un equipo galáctico con Saúl Craviotto, Cristian Toro, Marcus Cooper y Rodrigo Germade.
A Nole sólo le falta un gran título: el oro olímpico. Además, tiene el cara a cara favorable ante sus dos grandes rivales: Federer y Nadal.
“La velocidad ha pegado un terrible bajón, pero sí están saliendo nombres...”
A los 38 años quizá ya era un buen momento para dar el relevo. Pero no así, con un frío comunicado, sino con un broche a la altura de los más grandes.
Lo único que de verdad sirve a un campeón de su categoría es sentirse competitivo y la fotografía real, no imaginaria, del podio en cada gran premio.
Las ausencias de Froome y Thomas no empañan el cartel: Nibali, Quintana, Aru, Valverde, Landa, Sagan, Porte, Urán, los Yates, López, Kruijswijk...
Hay que aceptar el nuevo formato como un avance, pero eso no consuela que ya nunca viviremos episodios como la gesta de Ferrer en Valencia.
Si el formato de Piqué prospera en la votación de la ITF, este jueves en Orlando,, se seguirá llamando Copa Davis, pero ya no será la Davis.
Nada hacía presagiar el batacazo de 2018, en el que proliferan sus vídeos mal encarado con periodistas y aficionados o tirando el palo a la maleza.
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