...y Bonzi en Memphis

...y Bonzi en Memphis

Reacción inmediata de Pau Gasol al fichaje de Bonzi Wells por los Memphis Grizzlies, a cambio de Wesley Person y alguna otra cosilla: "Los jugadores de los Blazers tienen una reputación, a cuenta de las cosas que pasan por allí, en Portland. Ya veremos". Cuando los Grizzlies de Hubie Brown y de Sir Pau encarrilan un inicio de temporada sobrecogedor (con más victorias que derrotas), el reclutamiento de un excelente jugador, que debería arreglarles muchas cosas, se traduce en... sensación de inquietud.

El análisis de las palabras de Gasol denota el sentimiento de que "el grupo está funcionando bien, y lo último que podría pasar ahora es que viniera un bacilo exógeno a cargárselo". Más o menos. Wells no es de los peores "jailblazers", un juego de palabras con "los blazers de la cárcel". Deja la banda de Portland por la enésima agarrada con el entrenador, Mo Cheeks. Este equipo es el juguete roto del supermillonario Paul Allen, que prefiere despilfarrar 100 millones de dólares anuales en los "jailblazers", antes que regalar este dinero a los menesterosos del Tercer Mundo, por poner un ejemplo.

Un escándalo, sí, pero Wells es un atleta experto, que si quiere y se deja reciclar por Tío Hubie, puede ser una bujía de ignición en el ataque posicional de Memphis: básicamente es una versátil solución exterior-interior, que reducirá en gran medida las tensiones defensivas sobre nuestro pívot catalán. Eso, reputación al margen: por sí solo, Wells no va a destrozar el vestuario de Memphis, de Brown, de Jerry West y de Gasol. Ahora, si llegasen con él, todos a una, Pippen, Stoudamire y esencialmente Rasheed Wallace, entonces ardería la franquicia de La Pirámide. Así y por ahora, lo que hay es un "condenado" buen jugador, un ‘jailblazer’, un "blazer" de la cárcel. Pero si quiere ayudar...