"El entrenador no puede ser cualquiera"

ACB | Bozidar Maljkovic

"El entrenador no puede ser cualquiera"

"El entrenador no puede ser cualquiera"

felipe sevillano

En pocos meses ha conseguido lo que parecía imposible: que el Madrid juegue bien al baloncesto y vaya cinco veces más gente a Vistalegre de la que acudía al Saporta. En el banquillo hay un entrenador, claro. Yugoslavo, casualmente.

¿Y usted, de qué jugaba?

De base tirador. Defendía mal y odiaba entrenarme por la mañana. ¡Aquel Boza no hubiera jugado conmigo ni un minuto!

¿Y esa alergia a la mañana?

Pues porque me pasaba más de media noche jugando un 3x3 en la calle. Mi padre era militar y jugábamos entre los bloques de pisos de los oficiales, en Belgrado. Aquellos partidos no acababan hasta que algún coronel de los pisos nueve o diez salía por la ventana y nos amenazaba con su pistola: "¡A casa o disparo!" Y nos íbamos, claro.

¿Cómo era usted de chaval?

Uno más de un barrio en el que convivíamos gente que vivía en la calle con familias acomodadas, que mandaban a sus hijos a la Universidad. El día 23 recibiré en casa a uno de ellos, el profesor-doctor Vlada Kostic, posiblemente el mejor neurólogo del mundo. De aquellas relaciones surgió el amor obsesivo por el baloncesto, hasta que un día se nos ocurrió fundar un club.

El Usce, que significa "lugar en el que se juntan dos ríos", en este caso el Danubio y el Sava.

¿Pero cómo sabe usted eso?

Vladimir Stankovic, jefe de Prensa de la Euroliga, me conoce como Guasevic. Le sorprendo con otra: usted nació en Otocec, hoy Croacia, y no en Otacac, como dicen todos.

Impresionante.

Pues hala, siga usted. Estábamos fundando el Usce... ¡cuyo equipo femenino entrena hoy su hija Marina!

¡Sí, sí, es verdad! Yo fui uno de los fundadores del club, que tiene el honor de ser el único entre los pequeños que ha sobrevivido a la crisis económica que nos dejaron Milosevic y la guerra, gracias a la gestión de mis amigos de la infancia. Nuestro lema entonces era: "Si quieres comer ensalada, no hay sopa". ¡Así de justos andábamos! Con decirle que a muchos partidos el equipo acudía haciendo auto-stop... Así íbamos, jugando y ganando campeonatos, hasta que llegó el día D.

¿Qué pasó?

Pues que la Policía se presentó a detener a nuestro entrenador, Grbic, pues había cumplido los 27 años y debía incorporarse a la mili, ya que estaba en la edad límite. ¡Cómo lloramos su marcha! De pronto, uno de los nuestros pidió la palabra y dijo: "Basta ya de lamentarnos; tenemos un entrenador aquí". Y dirigiéndose a mí, dijo: "¡Tú, Boza!". Y los demás le siguieron. Cuando un grupo te elige no puedes negarte. Jamás olvidaré aquella primera noche en la que comprendí lo diferente que era entrenar o ser entrenador.

¿Y...?

Era la Yugoslavia de Tito, un país maravilloso. El único que podía compararse a España. Sarajevo, Zagreb, Belgrado... ¡Ni una polémica! Nosotros éramos felices. Íbamos ascendiendo de categoría, pues en cuatro años ganamos cuatro veces la Liga, hasta que un día, hace 33 años, se presentó en nuestro entrenamiento el padre de Sasha Djordjevic, con él de la mano; unos cinco o seis años tendría. Bata Djordjevic era uno de los técnicos más importantes entonces y vino a preguntarme si quería ser entrenador en serio.

Y le dijo que sí, claro.

Le dije que sí, pero nada convencido. No tenía una idea formada. Iba a nacer mi hijo, estaba en segundo de Derecho... Le dije que sí me interesaba, pero que no tenía dinero para inscribirme en el curso de entrenadores. Él me dijo: "Si tú quieres, el dinero sólo es problema mío". Acabé el curso con el número uno. Después los entrenadores me eligieron para ir a Estados Unidos, pese a que había gente con más experiencia. Estuve un mes en Illinois. De eso hace más de treinta años... ¿Sabe lo que me queda pendiente?

¿La carrera de Derecho?

¡Exacto! La dejé faltando seis meses, quizá la acabe algún día. Quise estudiar esa carrera para no tener jefe, fíjese...

Con el tiempo, tras entrenar a Radnicki y Estrella Roja, acabó siendo el jefe de la gran Jugoplastika. ¿Fue su gran obra?

Para muchos ha sido el mejor equipo europeo de todos los tiempos. Si aquellos jugadores y yo traemos nuestros trofeos podemos llenar media cancha de baloncesto, cuatro anillos de la NBA inclusive. Gente que lo ha ganado todo como Savic o Naumoski no podían ser titulares por la calidad que había.

Y es curioso que aquella Jugoplastika sigue viva: Kukoc está en la NBA, Tabak juega en Unicaja y Naglic, en el Zadar. Ivanovic y Perasovic son entrenadores en la ACB. Savic es el general manager del Bolonia...etc

Sí, siguen amando el baloncesto. Entre ellos está Kukoc, el jugador más completo al que he entrenado, un altruista y un poeta: acababa con cuatro o seis puntos para que Radja metiera 25 e Ivanovic, 20. Una vez le dije: "Este equipo nuestro será grande el día que decidas meter 15 puntos". Lo acabé convenciendo.

¿Y el mejor que ha visto?

Jordan. El que dice que hubo uno mejor miente. Jordan es el único que me hace sospechar todavía si vino o no de otro planeta. Tuve la inmensa fortuna de verlo jugar con 20 años, en un partido que Estrella Roja jugó con North Carolina. Iba de ayudante de Ranko Zeravica, mi maestro, ¡una vez más, gracias! Nos quedamos alucinados. Recuerdo que me llamó Danilo Sotra, periodista yugoslavo, para preguntarme por el partido y le dije: "He visto al mejor jugador de la historia". Cuando regresamos a Belgrado me paraban en la calle, en los cafés... ¿No exageras, Boza? Mira que existieron Alcindor, West, todos esos... Nada, les decía. Jordan es punto y aparte. No me equivoqué.

Tampoco se equivoca cuando lucha contra el dopaje.

Es una lucha irrenunciable. La función y el sentido del deporte es lograr un cuerpo y una mente sanos y competir todos en las mismas condiciones. No se puede tolerar el dopaje. Yo he tenido jugadores que venían de la NBA y me decían una noche: "Boza, estoy muerto". ¡Y a la mañana siguiente corrían como niños! Juguemos limpio todos; esa es mi lucha para toda la vida.

¿Y esa teoría suya de los lobos y los perros?

¡Ja, ja! Un perro y un lobo son lo mismo, con una diferencia: el perro vive en casa, tiene comida, agua, duerme en la cama del dueño, mientras que el lobo vive en la montaña, tiene que buscarse el alimento, la cabaña... En mi equipo quiero lobos, gente con hambre y ambición.

¿Al Madrid le faltan lobos?

Eso se consigue trabajando mucho. Si no se trabaja no hay equipo, por mejores jugadores que poseas. Sólo tienes posibilidad de jugar si estás físicamente perfecto; sólo entonces puede el entrenador contar contigo. Si un jugador le dice al entrenador que está cansado y éste está de acuerdo, automáticamente se pone enfermo. Y no...

Usted, en el Madrid de fútbol duraba tres días.

Conozco muchos futbolistas y todos, cuando les preguntas, sólo recuerdan al entrenador que ha sido duro y exigente. El sacrificio se olvida cuando llega un título, ¡todo se transforma en oro!

Usted ha cambiado al Madrid en sólo unos meses. El entrenador es la clave, ¿verdad?

El entrenador no puede ser cualquiera.

Fetén.

Si yo tuviera mañana un equipo mío, lo primero que haría sería buscar un entrenador. Y no es fácil. Entre diez, siete hacen peor al equipo; dos lo dejan igual y sólo uno lo mejora. Ivica Dukan, que está en los Bulls, le preguntó a Jordan en su último año qué pensaba que era lo más importante en el baloncesto y Michael le contestó: "Vamos a elegir los diez mejores jugadores de la NBA y les ponemos con un mal entrenador, y luego elegimos otros diez y les damos un excelente entrenador: tendríamos muchos problemas".

Más luchas suyas: los árbitros ACB.

Mire: yo no recuerdo el día que me pitaron una falta técnica y tengo montones de premios al fair play. Mi deseo es colaborar con los árbitros que tienen la misma buena voluntad que yo. Pero el que está a un metro de Sonko, pita y le da la pelota al otro equipo, con ese no puedo colaborar, porque me está robando mi trabajo, mi dedicación, mis sueños y mis ilusiones. En Barcelona estuvo bien De la Maza, que es un gran árbitro, pero los otros dos no. Es incomprensible que en la Liga ACB no se sorteen los árbitros de los partidos. El Madrid quiere, todos los entrenadores fuimos consultados y dijimos que sí. Pero tres o cuatro clubes se oponen... y hasta ahora.

El Barcelona, uno de ellos.

Digamos que algunos clubes.

Entrenador y revolucionario.

Un loco del basket, que ahora vive en cuerpo y alma dedicado al Madrid. Eso es lo único que prometo: trabajo, dedicación. Por ahí no nos van a ganar.

Suerte, ejemplar Boza.

Gracias.