Sigue el tira y tira (por ahora no hay afloja) en la polémica sobre el cupo de jugadores seleccionables en los equipos de la ACB. Ayer, Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, recibió a José Luis Sáez, presidente de la Federación Española de Baloncesto. Sobre la mesa, la patata caliente: el recorte de jugadores extranjeros. "Es el momento de aunar esfuerzos entre todos y presentar al CSD una solución a nuestros problemas. El baloncesto español cuenta con un gran aliado en Jaime Lissavetzky y en él converge la visión de las diferentes perspectivas que defienden las partes en conflicto. Buscamos el consenso; la FEB no va a estar instalada en el conflicto", afirmó Saez.

El presidente federativo no quiere tildar a Lissavetzky de "árbitro", sino de "colaborador" para que el conflicto se resuelva cuanto antes: "Estamos pendientes, más que de las manifestaciones en la Prensa, de la definición de la ACB. Nuestro deseo es firmar el acuerdo de colaboración a cuatro años entre todos los agentes que intervienen en el baloncesto a partir del compromiso del pasado mes de julio".

Sáez pretende fomentar la presencia del jugador español en las competiciones nacionales "sin que esto suponga un menoscabo a la potencialidad de nuestros clubes en las diferentes competiciones". La pasada semana se reunió con Eduardo Portela (presidente de la ACB) y ayer con Jaime Lissavetzky. Ahora espera a que la ACB mueva ficha.