El Unicaja hace llorar a Málaga y al Madrid

Copa del Rey | Unicaja 80 - Real Madrid 76

El Unicaja hace llorar a Málaga y al Madrid

El Unicaja hace llorar a Málaga y al Madrid

mariano pozo / javier bellver / alfonso reyes

Alegría para el equipo malagueño, que en su primera final de Copa del Rey ha logrado hacerse con el título. Decepción para los madridistas, que tuvieron en Bullock a un baluarte sin ayuda. Jorge Garbajosa fue el MVP de la final.

Sí: pongamos de una vez el nombre de Unicaja, de Málaga, en el palmarés de campeones nacionales. Lo merecía el club, lo merecía el patrocinador, lo merecía toda una ciudad que desde hace años le ha dado un cariño inmenso al baloncesto. Vitoria y Valencia, ejemplos similares, ya tenían su premio, su recompensa. Es justo que ahora los tenga Málaga.

Quede claro, eso sí, que no ha sido un regalo para Scariolo y sus jugadores. Al contrario: obtuvieron el título en una gran final, frente a un Madrid guerrillero que nunca arrojó la toalla y exigió esfuerzo máximo de su oponente. Muchos pensaban que había llegado la hora madridista para el retorno a la cumbre, pero ese momento tendrá que esperar. Está cerca, pero no ha llegado. En Zaragoza, en la final de Copa, ocurrió algo muy simple: se impuso la lógica.

Mejores. Porque Unicaja, sencillamente, era mejor, es mejor. Si analizamos la plantilla malagueña, puesto a puesto, hombre a hombre, vemos que es un equipo redondo, equilibrado, sin fisuras, sin carencias. El Madrid, en cambio, aún está en construcción, aún le faltan pisos al proyecto Maljkovic. Y no hace falta que lo asegure yo. Lo dice el propio Real Madrid con sus acciones. Quiso fichar en su día a Walter Herrmann, pero se lo llevó Unicaja. Quiso a Garbajosa, pero... Quiso, hace tres semanas, arrebatarle Fran Vázquez al equipo andaluz. Ante este rival mejor pertrechado, el Madrid hizo cuanto estaba a su alcance para romper la lógica. Pero no pudo, porque Scariolo y sus jugadores estuvieron a la altura del gran momento: demostraron su calidad. No hubo ansiedad en el bando malagueño, sino concentración, disciplina y carácter. No les falló la mano. Tomaron el mando desde el primer cuarto y lo mantuvieron siempre, aguantando sin descomponerse las aproximaciones madridistas.

Unicaja hizo lo que debía: en defensa, evitar que el Madrid contraatacase y que el previsto recital de Bullock tuviese complemento en el juego interior (Felipe Reyes: primer punto, minuto 35). En ataque, aprovechar la superioridad de los aleros, las rachas de Bremer y la versatilidad de Garbajosa. Contra todo eso el Madrid sólo opuso un grandioso Bullock y un gran esfuerzo defensivo, con oportunos flashes de marcaje en zona. Insuficiente para abatir a un adversario que se mostró superior en todo: intensidad, hambre de victoria, recursos y ejecutoria.

Otro detalle a considerar es que el Madrid ha jugado tres partidos seguidos, mientras Unicaja tuvo un día de reposo, y sus partidos exigieron menos desgaste. Pero lo básico es que ha ganado el mejor. Justo premio a un club, un patrocinador, una ciudad.