Thompson: "El rebote sólo tiene un secreto: hambre"

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Thompson: "El rebote sólo tiene un secreto: hambre"

Thompson: "El rebote sólo tiene un secreto: hambre"

Felipe Sevillano

El americano del Girona es líder de capturas en la ACB.

No ha sido el MVP de la jornada, honor que ha correspondido a Igor Rakocevic, ni acapara piropos como Charlie Bell, pero Kevin Thompson es un auténtico líder de la Liga ACB. Su trabajo en la sombra tiene sus frutos: es el máximo reboteador de la competición con 9,2 capturas por partido. Y su éxito, según nos explica, no tiene más secreto que el "hambre por el rebote". "La otra condición para ser un buen reboteador es el timing. El tiempo de salto es lo que te permite ganar la partida a otros jugadores que, por envergadura o más altura, parecen destinados a llevarse el balón".

Thompson sabe que ésa fue la receta para que hombres como Charles Barkley o Dennis Rodman, que no llegaban a los dos metros de altura -por más que la NBA les aupara un pelín en la estadística-, se convirtieran en líderes reboteadores de la mejor liga del mundo. Sus siete capturas del pasado sábado, frente al Unelco Tenerife, ayudaron al Casademont Girona a ganar un partido (81-80) vital en sus aspiraciones de mantener la categoría. "Estamos jugando mejor últimamente. Las lesiones nos lastraron en el arranque de temporada. El único objetivo ahora es salvarse, no queda otra...", comenta.

Feliz en Girona.

En Girona dicen de él que es un jugador diésel. Poco a poco, partido a partido, su rendimiento (15 puntos y 9,2 rebotes de media) convence a los directivos, que apostaron por este jugador de Winston Salem (Carolina del Norte) para consolidar al equipo en la ACB y aspirar a metas más altas. En Girona se siente feliz. El mejor ejemplo es que allí se ha trasladado su familia, que en otras ciudades en las que Kevin hizo escala -como Valladolid, donde jugó el año pasado- prefirió quedarse en Estados Unidos. Acaba contrato en junio y quiere seguir, pero eso no le preocupa ahora. Estos días ayuda a integrarse a Maurice Carter, fichado hace apenas dos semanas por el Casademont procedente de Lottomatica Roma.

Thompson también jugó en Italia. Lo hizo en Trieste, Pésaro, Reggio Calabria e Imola. ¿Su recuerdo de Italia?: "La gente; es fantástica", apunta. ¿Y de Turquía, donde jugó en Besiktas y Bursa? "La comida no me gustaba nada. Le echaban muchas especias, no me convencía...". De España, fin de trayecto (por ahora), comenta: "Lo que más destaco es la comida y el baloncesto. Aquí, uno se siente a gusto".

Portland lo eligió.

Dice que hace dieciséis años, cuando entró en la Universidad de North Carolina State, no se imaginaba jugando en nuestro baloncesto. Pero tuvo que dar el salto a Europa porque las puertas de la NBA se le cerraron. "Me eligió en el draft Portland, pero era casi imposible jugar allí. Era aquel equipo que jugó las finales de la NBA con Terry Porter, Clyde Drexler, Cliff Robinson o Kevin Duckworth". Pero la NBA ya es historia. A Kevin sólo le preocupa ser máximo reboteador de la Liga ACB ("Griffith y Tomasevic son quienes más trabajo me han dado") y que el Casademont Girona se salve. Y avisa que, aunque ya ha cumplido 34 años, no se va a rendir: "Tengo las pilas cargadas".