Griffith aplaza su boda de conveniencia por la presión

Acuciado por la presión mediática sobre los matrimonios de conveniencia en el baloncesto ACB, Rashard Griffith ha aplazado sine die su boda con una camarera española, prevista para el 5 de mayo. Aunque no hay versión oficial del asunto, la boda se llevará a cabo antes de que termine la temporada, para que el pívot pueda jugar como europeo la próxima temporada. Se dice que Estudiantes estaría interesado en su fichaje.

El escándalo de las bodas express ha sacudido los cimientos del baloncesto nacional. En el Unelco Tenerife, aunque desde el club se lavan las manos con este asunto, ya acumulan una cierta experiencia. La pasada temporada fue Savané el que se casó de forma secreta con una ciudadana española para lograr la nacionalidad europea. Aquello fue al final de la temporada y su carta de doble nacionalidad sólo sirvió para su fichaje por el Gran Canaria. Sin embargo, en esta campaña Tyrone McDaniel encontró el amor vía internet y se casó pocas semanas después de aterrizar en Tenerife.

"Por hacer un favor".

Su ahora mujer ya ha reconocido, en declaraciones recogidas por Diario de Avisos, que contrajo ("por hacerle un favor a un amigo") un matrimonio que vale contratos y un futuro profesional en toda Europa. En cualquier caso, la boda de McDaniel no ha servido para que el Unelco Tenerife pueda repuntar en la clasificación, que le aboca a la LEB. El club, que sigue al margen de la polémica, no cree que las bodas de sus americanos le beneficien.

Pese a que el matrimonio apunta a ser de conveniencia, el representante de Griffith, Miquel Solá, sostiene que la boda del jugador "es real" y que se sustenta en "una relación de dos o tres años, los mismos que llevan viviendo juntos, y a su decisión de casarse".

Tanto McDaniel como Griffith han encontrado su amor en una discoteca del sur, parada habitual de los jugadores americanos del Unelco Tenerife y de los otros equipos de la Isla, que suelen hacer mucha vida en común.

La ACB sostiene que los jugadores tienen en regla todos los papeles y que podrán jugar sin problemas, e incide en que no les compete juzgar si los matrimonios son por amor o por conveniencia.