Baloncesto femenino: del Collell al tope de licencias

Baloncesto | Selecciones femeninas

Baloncesto femenino: del Collell al tope de licencias

Baloncesto femenino: del Collell al tope de licencias

Es el deporte más practicado por delante de golf y voleibol

Hace seis años, en el Torneo BAM de Inglaterra, las chicas de la generación del 89 ya hablaban de estar en los Juegos Olímpicos. ¡Pero pensábamos que se referían a los de Londres, no a los del año pasado!". Lo cuenta Josep Alemany, coordinador del Programa de Detección de Talentos de la Federación Española de Baloncesto. Esa generación la lideran Alba Torrens, Tamara Abalde y Laura Nicholls, medallas de bronce con la Selección absoluta el pasado junio en Letonia. Ellas son el mejor ejemplo de la excelente salud del baloncesto femenino español, líder del ránking FIBA. Todo nace en Santa María del Collell (Girona). Cada verano. Pasen y vean.

De las 48 jugadoras que integran las cinco selecciones que han disputado campeonatos internacionales en 2009 (de la Sénior a la Sub-16), 24 trabajaron en su día en El Collell. Naia Fernández, jefa de prensa de la absoluta y de categorías inferiores, precisa en su estudio que "si se incluyen otras concentraciones fuera de la época estival, el porcentaje llega hasta el 85%". ¿El secreto? No hay más receta que el trabajo pormenorizado. En El Collell se convoca por primera vez a chicos y chicas en 6º de Primaria (alevines). Se forma un grupo de 40 gracias al scouting con federaciones y territoriales. Durante el año siguiente se les hace un seguimiento en sus clubes o escuelas. Se les vuelve a convocar al verano siguiente, ya en la Sub-13, y el grupo se reduce a unas 15 jugadoras.

No todo es botar el balón. Se trabaja el aspecto técnico-táctico, el físico, biodinámico o psicológico. Un año más tarde, ya en la Sub-14, el camino de niños y niñas se separa. Y llega la hora de tirarse a la piscina, pues antes se entrenaba pero a partir de ahora se compite. Los campeonatos BAM (Sub-14) y el Torneo de la Amistad (Sub-15) son el primer examen con las futuras promesas de otros países. Supone la última frontera antes de llegar a los campeonatos internacionales que organiza la FIBA: esa categoría Sub-16 en la que el pasado domingo lográbamos el oro en Nápoles.

CSI.

Es entonces cuando el Programa de Detección de Talentos cede sus informes a la Sub-16 y el CSI -protagonista aunque aquí no haya huellas dactilares por medio- entra en acción. Betty Cebrián, Ana Junyent y Nuria Galcerán son las cabezas visibles de esa Comisión de Seguimiento Individualizada, vital para las futuras selecciones, como también lo es el Centro Siglo XXI que dirige Ramón Jordana. Ésas son las patas sobre las que se sustenta el baloncesto femenino, que no deja de regalarnos medallas. Cada verano. Cuando el calor aprieta en El Collell.