Estamos en otra ciudad, Lodz, ya en la hora de la verdad, así que toca poner mejor cara y demostrar que el oro mundial o las platas europea y olímpica no son metales caducados. España arranca la segunda fase del Eurobasket contra Turquía (15:45 horas, La Sexta), que llega sacando pecho tras acabar invicta su fase disputada en Wroclaw. Eso le ha permitido plantarse con dos triunfos en esta nueva etapa y dar un golpe sobre la mesa. ¿Miedos? Ninguno. Bien lo refleja Marc Gasol al decir aquello de que "si no nos creyésemos favoritos, no seguiríamos aquí". Tomamos nota.

Por lo que afirman los internacionales, no hay nada que temer, aunque para competir con garantías es vital que el doctor, Delfín Galiano, le dé buenas noticias a Scariolo. Salvo contratiempo de última hora, Jorge Garbajosa podría jugar hoy si el partido lo requiriera. Además, los otros jugadores con molestias, circunstancia que obligó a anular el entrenamiento del jueves, evolucionan favorablemente y estarán listos para arrimar el hombro a esa troika de exultante salud que componen Ricky Rubio, Sergio Llull y Víctor Claver. Los que no sufren ni un constipado. ¡La juventud al poder!

Hueso duro.

Turquía será un hueso duro de roer. Lo ha sido siempre, pero especialmente ahora que prepara el Mundial de 2010 de su país y luce ribetes NBA en la plantilla. No está el ala-pívot de los Jazz Mehmet Okur -respiramos más tranquilos-, pero sí el ex del Regal Barcelona Ersan Ilyasova (ahora en los Bucks) y Hedo Turkoglu, el tres-en-uno de los subcampeones Magic y desde ya en Toronto. El pívot Omar Asik cerró el paseo militar de los turcos en Wroclaw con 22 puntos y ocho rebotes frente a Polonia, pese a los 7.000 aficionados en contra en el Centenal Hall. Y Bogdan Tanjevic cuenta con muchos otros argumentos, como Arslan o el ex madridista Tunçeri.

La principal preocupación española es frenar a Turkoglu. Puede encargarse de su defensa Rudy Fernández, aunque el turco podría aprovechar entonces para jugar al poste. Si es un jugador más alto el que lo defiende, Turkoglu puede escapar al extrarradio, como bien demostró en las finales Lakers-Magic en las que incluso ejerció de base.

Golpe de moral.

La Selección española debe comenzar con un triunfo esta liguilla, no sólo por el importante aporte moral que eso supondría, sino porque acercaría notablemente el pase a los cuartos de final (Lituania, por ejemplo, arranca la fase sin ninguna victoria en el casillero). Algo que está tan lejos o tan cerca según la versión de España que salte esta tarde al Atlas Arena de Lodz. Que sea la de oro.