Al pisar Polonia no pensábamos que la final caería en miércoles. La nuestra, al menos, se juega hoy. Una final con 'f' minúscula, como dice Scariolo, pero una final, porque si ganamos estamos en cuartos y si perdemos decimos adiós al Eurobasket. Es decir, fracaso. El calendario ha querido que este cara o cruz llegue frente a Polonia, la anfitriona, que contará con el encendido apoyo del Lodz Arena (11.000 gargantas). Mientras en Varsovia, miles de aficionados recibían a la selección de voleibol campeona de Europa -40% de share en la televisión nacional-, los aficionados se acercaban al hotel de concentración de Lodz para estrechar la mano de Gortat, Logan, Lampe y compañía.

La Selección, mientras, reitera el mensaje lanzado tras la victoria ante Lituania: "Hemos recuperado sensaciones". Es algo que puede sonar etéreo, pero que se traduce en la mejor cara de nuestros internacionales. Cada vez hay menos trabajo para Delfín Galiano, el doctor, y ésa es buena señal. Pau se ha olvidado de su dedo maltrecho, Rudy dice que "no hay dolor en la pista" y Garbajosa demostró frente a los lituanos que ha recuperado su gatillo fácil y las ganas de correr (amaga el triple cuando la defensa rival aún está formándose). Polonia es el rival y preocupa que fuera el equipo que más problemas nos dio en los amistosos jugados en España. En Zaragoza, la Selección ganó por 88-83 tras una remontada in extremis.

David Logan, el estadounidense nacionalizado polaco, lideró la anotación de los de Katzurin. Es el director de un equipo que acusa el escalón entre su quinteto titular y los teóricos suplentes. El cinco formado por Logan, Szubarga, Ignerski, Lampe y Gortat les permite librar un pulso con selecciones de relieve como la española. Con los otros jugadores en pista, las revoluciones bajan. "El desgaste debe llegar por dos vías: esfuerzo energético y cargarles de faltas". Así lo ve Scariolo, que disputa una final, ya sea con 'f' minúscula o con un titular del cuerpo 78. Demasiadas miradas están pendientes de lo que haga España.