El Real Madrid logró reparar el roto que le hizo el Cajasol el pasado jueves en Vistalegre. Los de Messina dieron muestras de tener la lección bien aprendida y desde el comienzo del partido pusieron la directa, lo que les llevó a gozar de una máxima ventaja de 23 puntos en el ecuador del segundo cuarto. Los blancos, fuertes tanto en ataque como en defensa, se marcharon al descanso con una amplia ventaja de 15 puntos tras dormirse durante los últimos dos minutos previos al intermedio y permitir que el Cajasol lograse un parcial de 10-2. Tras el descanso, el Cajasol se mostró confiado en sus posibilidades y aumentó su agresividad, lo que sumado a un mayor acierto de cara a canasta y la vuelta a la defensa en zona que tanto daño hizo a su rival en el primer partido le permitió colocarse a tan sólo cinco puntos de los de Messina.

La derrota el pasado jueves ante el Cajasol en Vistalegre en el primer partido de la serie significó un desastre mayúsculo que colocó al Real Madrid de Messina contra las cuerdas. El equipo blanco llegó a San Pablo con la única intención de evitar un fracaso que, de producirse, tardaría en ser olvidado por lo prematuro del mismo. El conjunto sevillano tenía ante sí la oportunidad de sellar su pase para las semifinales once años después tras llevar diez sin clasificarse para el playoff. Las estadísticas jugaban en contra de los madrileños, de las 17 eliminatorias que empezaron perdiendo 0-1 fueron eliminados en 14 de ellas. Los dos partidos de la liga regular fueron para los de Messina, pero mucho había cambiado el Madrid desde entonces.

El comienzo del partido estuvo presidido por un carrusel de fallos de ambos equipos en el tiro a canasta. Hasta los cinco primeros ataques del partido, tres por parte visitante y dos por parte local, se contabilizaron como errores. Hubo que esperar casi los tres primeros minutos del primer cuarto para que Savanovic inaugurase el marcador tras buscarse la vida debajo de la canasta. Al verse por debajo del marcador, la reacción del Real Madrid no se hizo esperar y un triple de Prigioni fue la primera señal de que los de Messina habían despertado. Desde ese momento, el Real Madrid aplicó una defensa muy agresiva en la línea de pase del conjunto sevillano que le llevó a alcanzar la máxima ventaja a falta de poco más de cuatro minutos para la conclusión del primer cuarto, momento en el que Joan Plaza se vio obligado a solicitar el primer tiempo muerto. Los ocho puntos de Llull, con dos triples incluídos, fueron decisivos en el parcial (3-13) favorable a los madrileños.

El Real Madrid siguió aumentando su ventaja hasta los doce puntos (5-17), lo que obligaba al Cajasol a revertir su juego si quería evitar que se le escapase el partido demasiado pronto. Aún así, los de Messina se mostraron fuertes en el rebote y conseguían finalizar sus acciones ofensivas aumentando su puntuación en el electrónico. De esta forma, el primer cuarto llegó a su fin con la mayor diferencia favorable al Real Madrid (9-22), trece puntos. El segundo cuarto comenzó de forma muy distinta que el primero y los dos equipos se mostraron acertados de cara a canasta. Los de Messina siguieron haciéndose fuertes debajo del aro y se hicieron dueño de sus rebotes ofensivos. La superioridad en este aspecto y evitar que el Cajasol saliera con ventaja cuando eran ellos los que pescaban la bola tras un error visitante, fue decisivo para que el Real Madrid se marchara al descanso con superioridad clara en el marcador, lograda por su fortaleza tanto en defensa como en ataque.

El Madrid sestea y el Cajasol aprieta

Después del segundo tiempo muerto del partido, en el ecuador del segundo cuarto, un triple de Bullock colocó la máxima ventaja hasta ese momento del Madrid en el partido, 23 puntos con un parcial de 6-16. Siete rebotes en ataque logrados de nueve posibles tuvieron gran parte de culpa de que el Real Madrid se retirara a los vestuarios con una ventaja holgada de 15 puntos. A pesar de ello, dicha ventaja pudo ser más amplia si los de Messina no se hubiesen dormido en los dos últimos minutos del segundo cuarto permitiendo al Cajasol lograr un parcial de 10-2 en los instantes previos al descanso.

Tras el intermedio, el Cajasol subió un piñón en su agresividad defensiva que le sirvió para reducir la diferencia en el tercer cuarto del partido, período en el que utilizó la defensa en zona que tanto daño hizo al Real Madrid en el partido del pasado jueves. El Madrid, que parecía tener la lección bien aprendida, vio reducida su ventaja a ocho puntos, lo que ayudó a que el pabellón de San Pablo se empezara a crecer y Messina se empezara a desesperar en el banquillo madridista. En la antesala del último y definitivo cuarto quedaba mucha tela por cortar. Los de Joan Plaza iban de menos a más y en los de Messina ya se observaba algún síntoma de nerviosismo por lo que pudiese ocurrir en los últimos diez minutos de partido. A falta de seis minutos para la conclusión del choque, el Cajasol se colocó a tan sólo seis puntos de su rival, algo que se encargó de suavizar Bullock con un triple que coincidió con un nuevo tiempo muerto.

La diferencia de seis puntos volvió al marcador tras el tiempo muerto después de una buena acción individual de Savanovic. Mientras tanto, el Madrid confió su suerte a los lanzamientos desde la línea de tres que le daban un respiro cada vez que sentían el aliento de su rival en la nuca. Fue Garbajosa, con tres triples en el último cuarto el que acabó por decantar la balanza para el lado visitante. De este modo, Real Madrid y Cajasol se jugaran el pase a las semifinales de la ACB el próximo lunes en el tercer y definitivo partido que se disputará en Vistalegre.