No quería Scariolo a Serbia pero será, el próximo miércoles, ese último escalón para meterse en la lucha por las medallas. Los españoles deberán medirse a un equipo joven (22,7 años de media), pero que ya se ha convertido en la nueva generación, por ahora de plata -la que consiguieron al caer ante España en la final del Eurobasket de Polonia-, del baloncesto balcánico. Los de Ivkovic se metieron en cuartos con emoción y en un partido en el que tuvieron que remontar (19-27, min. 10 tras triple de Loncar). La superioridad de los pívots serbios era abismal. Ni Tomic podía parar a Krstic (sólo tras un fuerte golpe mandó al gigante serbio al banquillo) ni Loncar lo conseguía con Perovic. En total, los dos centers de Serbia se iban al descanso con 18 puntos, más del doble de los tantos de su equipo y sumando a sus ala-pívots (Velickovic y Keselj), el dato era aún más escalofriante: 29.

Mientras tanto, Croacia sobrevivía con un gran Popovic, que volvía a meter a los suyos en el partido al encestar un triple -una faceta en la que no estuvieron finos (5/24)- y con un Ukic demasiado preocupado por engordar estadísticas (todo un Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como). De todas formas, el base del Fenerbahçe sería el que se llevara en el último minuto a los dos grandes para doblar a un Banic totalmente solo (67-65). El partido se volvió loco. Con Loncar en el banco por faltas, el del Bilbao Basket se hacía cargo de Krstic­, que fallaba desde la personal para dejar la prórroga a tiro de triple. Y llegaron las manos a la cabeza.

Las de Nenad Krstic cuando veía el balón que robaban entre Kus y Tomas, a falta de 11 segundos, y que mandaban a Popovic a la línea de tiros libres o las de Vrankovic tras el despiste defensivo que dejaba a Rasic solo o la falta de Kus a falta de un segundo, de nuevo a Rasic, y con el partido empatado. Fue el último error, los tiros libres del serbio decidieron.