En un partido a cara o cruz y sin margen para otra derrota los vitorianos no encontraron oposición ante un equipo ruso que, salvo en los primeros compases, no puso en ningún aprieto a los de Ivanovic.

La victoria del Baskonia le permite recuperar los cuatro puntos de desventaja por los que perdió en Rusia y los vitorianos ya vuelven a depender de sí mismos en los dos duelos que aún les restan ante Partizan y Zalgiris.

La peor parte para el Caja Laboral llegó con los contratiempos físicos de Marcus Haislip, con un golpe en el labio y trasladado a un hospital, y las molestias en la rodilla derecha de Stanko Barac que le impidieron jugar los últimos ocho minutos y le convierten en duda para el partido del domingo en Bilbao.

La tensión en la pista se palpaba desde el salto inicial y Haislip, nueve puntos, fue el desatascador vitoriano ante un Khmiki que salió con la intención de castigar el juego interior local, aunque los de Ivanovic llegaron al minuto diez con su máxima renta, 27-20.

Llegó a estirar la diferencia hasta los doce puntos, 36-24, en el ecuador del segundo acto con un Baskonia que recuperó sus señas de identidad como equipo. El partido llegó en medio de un intercambio de canastas al tiempo de descanso con un tranquilizador 47-37 favorable al Caja Laboral, apoyado en la buena dirección de David Logan y sus doce puntos.

Los vitorianos fueron capaces de establecer la diferencia en la docena de puntos para evitar cualquier contratiempo de los de Sergio Scariolo en un plácido tercer cuarto donde los rusos evidenciaron sus limitaciones y llegaron a perder por dieciocho puntos, 70-52 minuto 29.

El Buesa Arena disfrutó hasta el final por fin de una plácida noche europea que le permite estar de nuevo con todas las opciones de acceder al Top 16 de la Euroliga.