"La estructura del Madrid no protege al entrenador"

Ettore Messina

"La estructura del Madrid no protege al entrenador"

"La estructura del Madrid no protege al entrenador"

dani sánchez

Tras una rueda de prensa de despedida políticamente correcta en el Bernabéu, el ex entrenador del Real Madrid cambió el tono de su discurso en la primera entrevista que concedió para Italia y fue muy crítico tanto con la entidad como con su entorno en el diario 'La Repubblica'.

¿Cómo transcurre ahora su vida diaria en Madrid?

Aún no me he hecho a la idea, es una situación rara tras 20 años en los banquillos. Estoy más tiempo con mi hijo Filippo, que juega al fútbol, leo más...

En su dimisión, la prensa ha jugado un papel importante. Los hinchas del Madrid dicen que el enemigo no son los periodistas de Barcelona, sino los falsos amigos de entre los periodistas de Madrid.

Es absolutamente cierto. El Madrid está rodeado de una prensa sin dignidad ni restricciones en el uso del sarcasmo y la provocación. Busca enturbiar. Protege siempre al jugador español sobre el extranjero, pone a unos en contra de otros, busca la división y no el vínculo.

Si Florentino Pérez le hubiera dicho "Messina, quédese", ¿se hubiera quedado?

El acceso a él no es fácil ni sencillo. Yo hablé con Valdano para informarle de mi decisión.

¿Y con Pérez?

Almorzamos el sábado, pero ya no había marcha atrás.

¿Le explicó a Pérez que el entrenador del Real Madrid no puede verse condicionado por la presión mediática?

Le expliqué que la estructura del Madrid no protege ni apoya al entrenador. Aquí hay que hacer de profesor, psicólogo y también entrenador. Falta una figura que existe en todos los grandes clubes de Europa como Minucci en Siena, Kuschenko en Moscú o Querejeta en Vitoria. Si no la hay, te vuelves loco.

¿Qué ha cambiado en apenas un mes desde que el Madrid ganó en Siena hasta que usted ha decidido dejarlo?

Salió una entrevista sin sentido de Felipe Reyes, que no debía haber salido. En un gran club esto no debe ocurrir. Luego llegó la vuelta con Siena, ya éramos primeros, la Caja Mágica estaba medio vacía y jugaba el equipo de fútbol. Todo cierto, pero para mí esas excusas no existen. He visto mucha inmadurez.

¿Qué reacción espera ahora?

He dejado un trabajo, un año y medio de contrato y la posibilidad de jugar una nueva Final Four de Euroliga, la décima. Lo único que puede venir de todo esto, espero, es respeto.

En el primer partido sin usted, la afición mostró su apoyo a Messina y fue crítica con el club.

No fue una invasión de campo, pero para los estándares del Madrid fue una respuesta fuerte.

Demostró que un gran entrenador puede darse el lujo de dejar el banquillo del Madrid.

No estoy por encima de nadie. No es algo común, pero no soy un héroe. Hice algo a lo que me se sentí obligado, por el bien y el futuro del Real Madrid.

¿Puede explicarse?

El equipo está pasando por una transición en el liderazgo de un grupo heterogéneo, muy joven e interesante. La verdadera batalla del Real Madrid es convivir con la anacrónica necesidad de victoria. Hoy en día la esencia del deporte es competir a alto nivel. Si compites, puedes ganar. Ahora los jóvenes se han quedado sin pararrayos y espero que esto acelere su crecimiento.

El técnico es, por regla, ese pararrayos.

Un entrenador es grande si tiene detrás a una gran entidad y dos o tres jugadores importantes, dentro y fuera del campo como Ginóbili o Rigaudeau, Danilovic o Brunamonti. El entrenador debe saber que su misión es ser un líder y ayudar al vestuario a madurar. El liderazgo marca la diferencia. En el Madrid, el entrenador es una persona central, pero luego te dejan allí para que te las arregles.

La plantilla, ¿qué reacción ha tenido?

De pena, con sentimiento de culpa por el partido del Siena. Me han dicho que habían desconectado tras lograr el primer puesto. He recibido muchos mensajes de los jóvenes, los americanos y Prigioni.

Su fiel asistente, Molin, se queda como entrenador.

Es el mejor hombre para continuar el programa técnico de trabajo y el crecimiento del equipo. Es un entrenador autónomo.

¿Se siente más cansado, enojado o derrotado?

Lamento no haber podido llegar con el equipo a la Final Four. ¿Derrotado? Yo nunca me había dado por vencido, pero a veces la vida no da alternativas.