No quise decir que soy mejor o superior a nadie, a ningún hombre o mujer en el planeta. No lo soy". Esta fue la tajante frase con la que LeBron James ha querido aclarar las manifestaciones que hizo tras el último partido de la final de la NBA el pasado domingo. Después de que Miami perdiera el título ante Dallas, King James se refirió a los aficionados que animaron en contra de él y de los Heat en un tono que fue interpretado como de desprecio, con sentencias como esta: "Pueden pasar unos pocos días o unos pocos meses o el tiempo que sea siendo felices no sólo gracias a mí sino porque mi equipo no ha alcanzado su objetivo, pero tendrán que volver al mundo real en algún momento".

LeBron, que se llevó críticas por estas, según él, malinterpretadas opiniones explicó a qué se refería. "Básicamente estaba hablando de que al final del día la temporada había acabado y que todo el mundo tenía que seguir adelante con su vida, buena o mala. Yo también", dijo The Chosen One, quien no eludió su responsabilidad en el fracaso de Miami en la final: "Me metí mucha presión para no dejar tirados a mis compañeros, de forma errónea a veces. No jugué a mi manera. ¿Eso nos costó la final? No lo sé. No estoy satisfecho con mi rendimiento".

En el bando de los Mavs también ha habido resaca, pero alcohólica. DeShawn Stevenson fue detenido por deambular en estado de embriaguez y sin saber siquiera dónde se encontraba por una urbanización de Dallas. Quedó libre pagando una multa de 475 dólares.