La mítica autocanasta de Ferrándiz cumple 50 años

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La mítica autocanasta de Ferrándiz cumple 50 años

La mítica autocanasta de Ferrándiz cumple 50 años

El 18 de enero de 1962, Pedro Ferrándiz ideó una jugada para la historia. Ordenó a Alocén que anotase en su propio aro para evitar una prórroga que el Madrid afrontaba mermado y asumir una derrota leve que remontó en la vuelta.

El 18 de enero de 1962, hace ya 50 años pese a que él parezca apenas unos meses mayor que entonces, a Pedro Ferrándiz se le ocurrió una de esas genialidades que le convirtieron en uno de los entrenadores más grandes que ha dado el baloncesto: la autocanasta. Dejemos que sean los propios protagonistas quienes nos lo narren, como hicieron en 2003 en el Foro Ferrándiz-AS.

Comienza Ferrándiz: "Lo teníamos previsto y habíamos estudiado la jugada antes del partido. Jugábamos en Varese en octavos de la Copa de Europa, era el partido de ida y quedaba la vuelta en Madrid. En el primer tiempo ganábamos 36-44, pero la cosa se puso fea. Hightower estaba lesionado y Emiliano en el banco. A falta de dos segundos metieron la canasta del empate a 80 y eliminaron por faltas a Morrison. Estábamos en inferioridad clara y la prórroga no nos convenía. Pedí tiempo muerto y saqué a Alocén".

Ahora habla Alocén: "Me dijo: 'Lorenzo, ya sabes lo que tienes que hacer'. Sacábamos de debajo de nuestra canasta y me la pasó Lluís. Emiliano estaba esperando para palmear si la fallaba, pero la metí limpia y fingí celebrarlo. La afición italiana empezó a gritar alborozada '¡Lorenzini, Lorenzini!".

Lluís remata la historia: "Nosotros le agarrramos como si se hubiera vuelto loco para que los árbitros no pitaran técnica y anularan la canasta. Pero un jugador del Varese, Toth, empezó a recriminarnos. El público se dio cuenta y empezó a tirarnos de todo". Pero la treta y la bronca valieron la pena: el Madrid ganó por 18 en la vuelta y llegó a la final que perdió ante el Dinamo Tbilisi. La FIBA prohibió la autocanasta bajo multa de 1.000 dólares y expulsión de dos años. Como tantas veces en una carrera que le vería ganar cuatro Copas de Europa, Ferrándiz había sido el más listo.