Decidieron un Mirotic tremendo y la defensa

Supercopa | CAI ZAragoza 64 - Real Madrid 72

Decidieron un Mirotic tremendo y la defensa

Decidieron un Mirotic tremendo y la defensa

a. reyes

Sin excesivo brillo, pero con solvencia, el Real Madrid se clasificó para la final de esta tarde tras ganar al anfitrión, el CAI Zaragoza. Una vez más, como lleva siendo norma durante todo el verano, Mirotic fue el mejor sobre la pista. Eso sí, el juego interior blanco sigue dejando dudas.

Ganó el Real Madrid y lo hizo por KO, como aventuraban los resultados de pretemporada. Los blancos venían lanzados de la preparación, con 6-0 de bagaje, y el CAI, plagado de bajas, no había levantado cabeza. Derrota tras derrota. Pero ayer, con el equipo al completo (destacaron Damjan Rudez y Michael Roll), los de Abós ofrecieron una mejor imagen, la competitividad de siempre delante de su público. Aunque no les bastó para invertir la lógica.

Se hundieron en el tercer cuarto tras haber sufrido las acometidas de Mirotic, con su ambición y talento infinito. Algo habían leído sobre él este verano, incluso un pajarito se lo había contado, pero no es lo mismo imaginarlo que padecerlo. Ayer descubrieron a Mirotic cara a cara, en su nueva versión, la descomunal. Al descanso, el canterano blanco firmaba once puntos, ocho rebotes y 20 de valoración. Dejó incluso para el recuerdo una jugadita al poste con doble finta, brutal. Justo ahora, que tanto se habla del pívot que falta por llegar y de Begic, que sí está cuando el profe pasa lista, pero que sigue al ralentí. ¿Involución? Los técnicos blancos dicen que no, que al internacional esloveno sólo le falta coger la forma, que un esguince en el tobillo le ha parado en seco. A ver.

Los focos iluminan a las estrellas, lo sabemos, pero el logro casi siempre es colectivo. Y el Madrid tiró la muralla del CAI, acantilado abajo, cuando se ató los machos en defensa y funcionó como bloque. Con Slaughter yendo a por todas atrás, con Rudy Fernández implicado en el papel de currante, con Sergio Rodríguez lanzando alley-oops a discreción El parcial, con técnica incluida al entrenador local, se desparramó: 5-22 después de un triple de Carroll que ponía al Real 20 arriba (38-58).

Aún no era todo, amigos. Justo al final, el Madrid destapó ese vagón de la montaña rusa en el que tanto se había divertido la temporada pasada. Se pegó un par de vueltas y algunas risas, pura distracción, y cuando quiso frenar el CAI le había cogido la matrícula. A tiro de siete (64-71) y apenas quedaban segundos.

Examen serio.

La final será otra cosa. Despejará dudas y puede que genere otras. Pero los de Laso necesitan de estos duelos, de retos de gran calado, para crecer, para mostrar su ambición y para pasar la prueba del algodón de los pívots. Eso sí, Navarro y Jasikevicius faltarán a la cita en las filas culés. Los tests tan tempraneros nunca son completos, aunque éste viene con trofeo de premio.