Se preveía un partido complicado para el Barça Regal, en una pista hostil y ante un rival temible. Al final, nada de todo eso. El equipo culé fue muy superior al CSKA, sobre todo en el segundo tiempo, el público no apretó lo esperado y el conjunto ruso fue completamente inoperante en defensa. La conclusión, 60-81 para los azulgrana, que le han ganado a Messina once de sus últimos doce enfrentamientos.

El partido arrancó con un ritmo lento por parte del equipo culé, pero su acierto en el tiro le permitió mantener una distancia manejable. Ambos intercambiaron canastas en estático, sin permitir al otro correr, y confiando todo en el acierto anotador de sus jugadores. Una apuesta que le salió bien a los moscovitas, hasta que bajaron sus porcentajes y Lorbek y Navarro entraron en escena.

Sin historia.

Tras el descanso, no hubo partido. Los azulgrana mejoraron en defensa a la par que el CSKA empeoró, mientras Navarro (Lorbek llevaba ya todo el partido entonado) se enchufó. Con diez abajo el CSKA (44-54), dos triples del ala-pívot esloveno sepultaron sus opciones.