Una semana después de sufrir los estragos del huracán Navarro en el Clásico, el Madrid ha recuperado la confianza a base de victorias. El jueves solventó con oficio su partido de Euroliga ante el Bamberg y ayer liquidó al FIATC Joventut en la Liga Endesa a media marcha. Al equipo blanco se le vio justito de fuerzas tras unas Navidades repletas de partidos, cuatro de ellos fuera de casa. Y sin poder hacer grandes alardes, para ganar le bastó con el brillo de un par de jugadores y las buenas aportaciones de otros.

Rudy Fernández y Sergio Rodríguez gobernaron. El mallorquín no tuvo piedad de su ex­equipo: puso la primera piedra del triunfo madridista con diez puntos en once minutos y lo cerró con un robo y un mate de espaldas un tanto excesivo. Y el tinerfeño cambió la dinámica del partido en el segundo cuarto y lo controló al final sin pisar a fondo el acelerador, con cabeza. Está de dulce. Draper, Reyes y Carroll cumplieron, como Suárez, que no vio aro pero fue valioso en otras facetas (cinco rebotes y seis asistencias).

Al Joventut se le adivina potencial, tiene buenos mimbres -Fisher, Gaffney, Quezada...- y cierta chispa en ataque, pero le falta consistencia defensiva para ser más regular. Juega alegre y si le salen bien las cosas tiene peligro, pero atrás... Ayer no supo aprovechar el ambiente inusualmente frío del Palacio, que registró la peor entrada de la temporada (6.289 espectadores). Se ve que los Reyes Magos siguen teniendo tirón.

Maldonado no quería hacer experimentos. Sí los hizo Laso, que colocó juntos a Begic y Hettsheimeir en la pintura al principio del tercer cuarto. Pero el brasileño, que trabajó bien en ataque, se cargó de faltas. Total, que el Madrid campeón de invierno y la Penya, sin Copa.