Muchos recuerdos de la Copa, ¿no? ¿Cuál es el mejor?

Los de las dos finales ganadas al Barcelona. La de Vitoria, en 2002, fue muy especial. Tenía 23 años, y aunque ya había jugado once minutos en 2000, fue como mi debut. La del año pasado me la perdí, porque llegué en marzo... una lástima.

Echará de menos a Scola y Prigioni, ¿a que sí?

He compartido mucho con ellos. Fueron tres finales con Luis (Scola). Lo extrañaré en los momentos críticos.

Es el único de su equipo que la ha ganado, con Saneme y Cabezas. Le toca ser el líder.

Tengo más experiencia y puede ser. Pero ningún jugador puede ganar solo. Todos vamos a la guerra.

Tras su paso por la NBA, ¿echaba de menos ese hormigueo de pelear por títulos?

Sí. Ese hormigueo lo añoro. Es una sensación preciosa. Me gustaría tener otro título. Por eso me alegro de haber vuelto a España y buscarlo con nuestra gente.

Su parte del cuadro de la Copa asusta.

Pero es lo que tocó. Debemos asumir lo que hay. No me esperaba tan pronto a Madrid o Barça.

Casi nada.

Pero primero hay que pensar en el CAI, que nos ganó en la primera vuelta y casi en la segunda. No van a venir a dejarse llevar por delante.

¿Cómo ha visto Vitoria estos días? ¡El éxtasis!

La ciudad se activa con la Copa del Rey. Es un momento de distracción con lo que desgraciadamente está pasando en el país. Ojalá demos una alegría a nuestra gente.

¿Ve opciones de ganar?

¡Claro! Decir que no somos candidatos sería mentirle al público y a nosotros mismos.