El Asefa Estudiantes tenía cuentas pendientes tras la Copa. La primera de ellas, borrar la mala imagen mostrada en Vitoria. Para ello se encomendaba a la vuelta de Carl English, que no pudo estar en el torneo del KO por un virus gástrico. El máximo anotador de la Liga Endesa regresaba y con él volvieron los puntos, aunque el canadiense estuvo algo precipitado, demasiado pendiente en convertirse en el líder ofensivo de su equipo.
El Unicaja también llegaba con cuentas pendientes: faltó a la Copa (la tercera vez en las últimas cuatro ediciones), el playoff se aleja y su técnico, Jasmin Repesa, lleva un tiempo en la cuerda floja.
Ante el Estu, el equipo cajista no supo aprovechar su superioridad en el juego interior (Barnes estuvo inmenso en defensa) y sólo Panko fue un quebradero para los de Txus Vidorreta. Fue precisamente el norteamericano el que le puso el punto de inflexión a un encuentro en el que el Estu no conseguía despegarse.
Lo calentó con una falta no señalada sobre Kuric, al que desestabilizó en el aire cuando penetraba a canasta. Y fue el momento en el que el Estu voló, con un parcial de 10-2 (increíble el triple sobre la bocina de Jaime Fernández): 46-36 al descanso.
El Unicaja resurgió con un parcial de 8-0, pero cuando más atascados estaban los colegiales (51-48, tras una técnica a Gabriel por simular una falta) apareció Granger; con una canasta sobre la bocina, un dos más uno con el premio añadido de la tercera falta de Williams, una asistencia para que Barnes machacara.
Y de nuevo un parcial abierto que redondeaba Clark con cinco puntos; y otra vez a volar… 61-48 (minuto 28). El Unicaja intentó volver al partido a base de triples, pero no era el día: 4 de 18. Y no hubo más historia.
El Estu vuelve a sonreír con Germán y su juego de pies a lo Fred Astaire en la pintura, Kirksay luchando cada balón, Granger imponiendo el ritmo, Jaime la magia, Clark los puntos y Barnes y Fisher dando un plus en defensa. Y el Unicaja despierta sus fantasmas. El playoff está ya a tres triunfos.