El incendio tras el denominado motín de El Pireo se cobró ayer una víctima en el Caja Laboral. El presidente, Josean Querejeta, prometió cazar al topo del vestuario y neutralizarlo. No tardó en señalar al culpable de la fi ltración sobre las multas ordenadas por Tabak tras caer ante el Olympiacos. Cabezas, que era casi una molestia para el técnico croata, abandonó ayer Vitoria.

El club esgrimió temas deportivos en una nota oficial: “Se ha comunicado al jugador que deja de pertenecer a la disciplina baskonista en una decisión basada en criterios técnicos”. En realidad, se atribuye al base, o a su entorno, la violación de ese código sagrado del vestuario, al que tratan de blindar Querejeta y Tabak.

Lo curioso es que en verano, el malagueño y Rochestie iban a ser los directores del equipo y ambos han acabado saliendo. Heurtel tenía el cartel de transferible y ahora es básico, y Cook, fichado del Milán, es muy discutido. Cabezas ya no podrá jugar en lo que resta de año en Liga Endesa. Como hacía falta un cupo, Baskonia recuperó al internacional inglés Van Oostrum, que estaba cedido en el Cáceres de Adecco Oro.