Mirotic levanta al Real Madrid en un partido de locos

ZALGIRIS 104-REAL MADRID 105

Mirotic levanta al Real Madrid en un partido de locos

Mirotic levanta al Real Madrid en un partido de locos

VALDA KALNINA

EFE

Gran actuación del ala-pívot (31 puntos y 18 de 18 en tiros libres, récord de la Euroliga), decisivo para que el equipo blanco (16 triples) forzara la prórroga. Carroll también destacó.

Busquen en la jornada de la Euroliga, en esta y en las que quieran, un partido más entretenido que el Zalgiris-Madrid, pero no lo van a encontrar. Una locura de duelo, con un desenlace brutal, casi de Hitchcock, de guión, de 'play-station', como prefieran. Quizá el Madrid no gane así la Final Four, pero es puro esparcimiento, da tanto a los espectadores que resulta imposible no abrazar su estilo. En Kaunas, esta vez, Mirotic disparó más que nadie: 31 puntos, 11 rebotes y 37 de valoración. Partido grande en un día clave que afianza a los blancos en el liderato y les deja casi clasificados para cuartos (lo estarán si pierde este viernes el Unicaja).

Con cuarto y medio ya jugado, el Madrid no podía transmitir peores sensaciones. Hundido en el marcador y abatido en la pista, moviendo el balón por el perímetro, sin pisar la zona, sin tirar de dos, ataques de balonmano. El primer lanzamiento desde dentro de la línea de 6,75 m llegó en el minuto siete y no entró (Felipe Reyes). Nula aportación ofensiva de los pívots. Tampoco ayudó el quinteto inicial de Laso, con Slaughter y Begic, sin Suárez para postear. La desventaja creció hasta el 27-14 y, ya en el minuto 15, al 40-26.

Con estrella o incluso en días sin ella, Mirotic es imprescindible en el Madrid, el único interior de gran talento anotador, al menos, de nivel Final Four. Si no la mete debajo, saca faltas, amenaza, altera al enemigo. Porque Hettsheimeir ni jugó.

Y en esas andaba el Madrid, con el juego más desequilibrado de la temporada, pero con los tiradores sin perder la confianza en su enorme potencial. A veces, hasta demasiado, con Sergio Rodríguez lanzando de tres al contragolpe, con Rudy tirando a un pie y saltando hacia atrás, con Llull elevándose de ocho metros sin compañeros al rebote…

Antes del descanso, Mirotic empezó a sumar desde la personal, Begic intimidaba algo y la disposición defensiva cambió por intensidad e inteligencia. El Madrid dio su primer gran arreón: 44-40 en el intermedio tras un parcial de 4-14. En lo fundamental, en esa querencia por tirar de tres una y otra vez, la vida seguía igual.

Después de otro bajón (51-40 y 54-44), el Madrid cogió una ola mágica sólo al alcance de los mejores surferos, una de esas rachas que resucitan a cualquiera, que le levantó en su tabla y le hizo levitar varios minutos. Cuatro triples casi seguidos, dos de Rudy, un 'alley-oop' culminado por Slaughter y parcial de 7-23 (58-63). Pero la ola se rompió y el Zalgiris repuntó en el último cuarto agarrado al brazo de Kuzminskas: triples, mates, tiritos a tabla, balones rebañados en aro propio… ¡Vaya futuro!

Y con el Zalgirio Arena en pie, con Darden fortísimo en el puesto de 'tres, Lavrinovic firmaba la sentencia, o eso creían en Kaunas: 81-74 a 1:11 de la bocina. No fue el minuto imposible de Vitoria en 2005, pero se le pareció. Con 83-79, a sólo once segundos, Mirotic anotó dos tiros libres (83-81). Falta rápida. McGrath erró el segundo (84-81) y, de nuevo, el Real a la línea: cinco segundos. Sergio metió el primero (84-82) y falló el segundo, a lo Lorbek en la Copa. Rebote para... Mirotic. Personal. Al canterano no le tembló el pulso, clavó los dos (18 de 18) y mandó el duelo a la prórroga (84-84).

El Madrid no desperdició los cinco minutos extra de vida, y con Carroll agarrando otra ola (21 puntos, 5 de 7 de tres) y Mirotic majestuoso, se llevó un partido tremendo, de parque de atracciones, de diversión infinita, de los que te pegan al televisor y no puedes ni pestañear. Y se lo llevó sufriendo hasta la última décima (104-105), faltaría más. Pica en Kaunas, aunque con parte de bajas: el labio roto de Sergio, zarpazo de Popovic en la oreja de Carroll y la rodilla izquierda de Rudy tocada, que se dio un golpe contra una valla publicitaria y no disputó los minutos finales. Al Real sólo le queda viajar a Moscú, el primer puesto está más cerca.

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