Con ‘triple doble’ de Kobe Bryant (el número 19 de su carrera), a base de 23 puntos, once rebotes y once asistencias, los Lakers barrieron del mapa a los Dallas Mavericks: 101-81. Ese marcador pone, de hecho, fin a la temporada de los Mavs, que se quedan décimos del Oeste, en balance de 36-39 y con el empate particular perdido con los Lakers, que han ganado ante Dallas tres de sus cuatro duelos de este curso. La noche del Staples Center disfrutó en el intermedio de la retirada de la camiseta de Shaquille O’Neal (el número 34), que recibió el aplauso de los 19.000 espectadores… incluidos sus viejos compañeros de batallas, como Phil Jackson y el mismísimo Kobe Bryant. Ahora y en fin ya parece que Shaq y Kobe se llevan bien. Por cierto, la multitud cantó a Phil Jackson el consabido ‘We want Phil’: “Queremos a a Phil”. “¿Por qué no iban a quererlo si sólo ha ganado 58 anillos…?” observó Mike D’Antoni, en venenoso sarcasmo.
El triunfo coloca a los Lakers con balance de 39-36, pero no en zona de playoffs del Oeste, donde Utah sigue por arriba en el octavo puesto, también en 39-36, pero con el empate particular ganado. Así que los Lakers viajan novenos, cuando les quedan siete partidos por delante… y con dos escollos del calibre de Grizzlies y Clippers, viernes y domingo. “Lo único claro es que vamos a luchar hasta el último partido”, analizó Bryant, quien firmó su ‘triple doble’ jugando los 48 minutos (menos 56 segundos) como ‘facilitator’, ‘playmaker’, o, para dejarnos de zarandajas: base-base.
Los Lakers jugaron sin Steve Nash (contractura de isquiotibiales) y contaron esta vez con un más que notable Pau Gasol: 14 puntos, diez rebotes, seis asistencias, buenas conexiones con Bryant y Howard… y excelente defensa sobre Dirk Nowitzki. El cortocircuito de Nowitzki hizo colapsar el ataque de Dallas. Dirk, que venía de promediar 30 puntos y 62% de aciertos en los cuatro últimos partidos de Dallas (tres triunfos) quedó reducido a once puntos, con 4/13 en tiros y 2/6 en tiros libres. Cerrado por la defensa de Pau Gasol, que tan bien le conoce, Nowitzki ofreció la imagen de un gastado veterano. En estas condiciones, el improbable Chris Kaman (14 puntos) fue el líder anotador de los Mavs, con doce puntos para O. J. Mayo y tres hombres en once puntos: el propio Nowitzki, Darren Collison y Vince Carter.
La zona de ajuste de los Mavs no detuvo la producción ofensiva de los Lakers, cuyo ‘passing game’ supo hallar espacios y hombres libres para llegar al descanso con ventaja de 55-40: se aprovechaba Earl Clark para sumar 17 puntos (3/5 en triples) y doce rebotes, en su mejor partido del año. Dwight Howard contribuyó con 24 puntos, doce rebotes… y 10/20 en tiros libres, con 60% en el último cuarto, cuando los desesperados Mavs le hicieron faltas a propósito, el habitual ‘Hack Howard’. “Dwight ha estado fantástico. Con él así, nada tenemos que temer”, señaló Kobe.
Gracias a Howard, Gasol y Bryant, los tres más allá de la decena de capturas, los Lakers barrieron en rebotes (57-37)… pero a cinco minutos del final, los Mavericks se habían acercado hasta 83-76, gracias a una racha de pérdidas y desaciertos de los Lakers con diez tiros fallados en serie. Entonces funcionó la conexión Kobe-Pau… y Howard metió hasta cinco tiros libres seguidos, lo que apuntilló las ilusiones de Dallas: a 1:46 de la sirena, Bryant, en ganchito en suspensión, selló el 98-79 y zanjó el asunto. Los Lakers se ven ahora con los gigantes de Memphis y Clippers: ‘do or die’, ser o no ser.
