Está de visita por Euskadi, donde tiene un par de Campus y buenos amigos.
Estoy contento, tengo muchos amigos aquí. Más allá de los dos compromisos de los campus de San Sebastián y Bilbao, tenía una parada obligatoria con mi familia en Vitoria.
¿Qué futuro le espera ahora en la NBA?
Acabo de llegar a un acuerdo para las tres próximas temporadas y estoy feliz de continuar en un gran equipo como los Knicks. Agradezco la confianza que me han dado. Cuando acabe el contrato tendré 39 años.
Era una aventura a su edad embarcarse en la mejor liga del mundo por mucha experiencia que tuviese.
Era un desafío. Desde el momento que firmé, sabía que mi estatus en Europa no servía para nada. Allí no te conoce nadie, ni el entrenador ni los compañeros ni la prensa ni la afición. Era empezar de cero.
El Madison coreó su nombre en su gran partido de semifinales ante Indiana.
Reconforta mucho. Me he sentido muy apoyado por toda la gente de la franquicia.
¿Qué se siente al jugar al lado de gente como Carmelo?
Te acostumbras. Haber llegado con 35 años a la NBA rebaja el impacto. He jugado muchos años en la selección con Ginóbili, Scola, Nocioni...
¿Qué es más duro: un esfuerzo anual en la NBA o ser entrenado por Dusko Ivanovic?
Bueno, es comparable.
¿Cómo ve la vuelta de Scariolo a Vitoria?
Sergio hizo temporadas de nivel en Baskonia y sigue siendo un club exigente. Les deseo suerte. Ojalá puedan competir contra Madrid y Barcelona.
Madrid y Barça cada vez marcan más diferencias.
Igual ayudados por la crisis.
¿Qué me dice del año de los españoles en la NBA?
Marc ha estado estelar. Al nivel de los mejores pívots de la historia de la NBA. Y las críticas a Pau son muy injustas. Ricky ha ido de menos a más.
