El Bilbao Basket empezó el derbi empequeñecido, como asumiendo el papel de colista de la clasificación. Y esa actitud le condenó. El Gipuzkoa logró un colchón de +16 antes del descanso que le permitió frenar los golpes de su rival durante la segunda parte, golpes que antes solo habían sido pequeñas caricias. Los donostiarras consiguen su segunda victoria en el campeonato y dejan el casillero de su rival inmaculado en el apartado ganador, con cinco derrotas en cinco encuentros.
Kavaliuskas empezó fuerte con seis puntos, pero su arreón lo contrarrestó David Doblas, un verdadero quebradero de cabeza para los bilbaínos en los primeros minutos. Para su desgracia, a medida que corría el reloj, fueron más los jugadores que calentaron la muñeca y la puntería. Cuatro triples consecutivos (dos de Ramsdell, uno de Salgado y otro de Winchester) abrieron la primera brecha en el marcador a los siete minutos de partido: 22-15.
Bertans, con ocho puntos en el primer cuarto y 17 en total, intentó que su equipo no perdiera de vista a los locales, pero no lo consiguió. Estaba demasiado solo. El Bilbao Basket se mostraba igual de acertado que su rival desde la pintura, pero la diferencia la marcó la línea de 6,75: los hombres de negro no consiguieron ni un triple en la primera mitad de juego, por seis de los guipuzcoanos. A ese déficit se sumaron las pérdidas de balón (siete y cero recuperaciones) y la intensidad del Gipuzkoa en el rebote ofensivo, todo un seguro para tirar triples sin miedo. Esa superioridad permitió a los locales obtener su máxima diferencia hasta entonces, con 50-34.
Un 2+1 de Neto al poco de comenzar la segunda mitad aumentaba la ventaja, pero a pesar de los casi 20 puntos de diferencia, los bilbaínos sacaron los dientes. El primero, Raül López (15 puntos), aunque tres faltas frenaron su racha y le mandaron al banquillo. Bertans, Grimau y Mumbrú recogieron el testigo y pusieron al Bilbao Basket 65-54 al final del tercer cuarto. Los locales ya no se encontraban sueltos e intentaron frenar a su rival a base de faltas personales.
El último cuarto empezó con un festival de triples que dejó claro que aún no había nada decidido. Hervelle, Raül y Bertans colocaron a su equipo a solo cinco puntos (68-63), aunque tras ese efervescente inicio el partido sufrió un impasse: más de cinco minutos sin ver una canasta. Este parón acabó con las esperanzas de los bilbaínos, aunque Mumbrú dejó el marcador 72-68 cuando faltaban dos minutos. Pero el Gipuzkoa volvía a encarar a canasta y no se permitió más errores. Robinson redondeó el marcador con un triple que le aupó como el máximo anotador, con 18 puntos.
