El fabuloso Belgrado Arena se convirtió en un enemigo para el Laboral Kutxa. El fastuoso pabellón serbio, medio vacío, no fue buen lugar de cosecha para los de Scariolo. El hecho de que los balcánicos ya estén eliminados y que tengan que penar su mala primera fase en la Eurocopa provocó esa entrada tan pobre en un pabellón que, a priori y debido a otras referencias, asustaba.

El primer cuarto fue para olvidar. Baskonia tardó una eternidad en conseguir su primera canasta (de Jelinek, a tablero con un lanzamiento frontal). En el minuto 7, el luminoso mostraba un preocupante 17 a 2 y al final del primer periodo, un contundente 25 a 6. Radenovic, por el camino, se ponía las botas anotando.

En la segunda parte, los vitorianos apretaron en defensa y el papel estelar de Hamilton en ataque redujo las diferencias (32-19, min. 16). Nocioni volvió tras su lesión y Hanga debutó en un desplazamiento de Euroliga. Al descanso, el partido estaba en un 45-26 a favor de los serbios. Demasiados puntos en contra y pocos a favor. Por si esto fuera poco, los árbitros pitaron una técnica a Scariolo justo antes de marcharse a los vestuarios.

Algún reconstituyente tuvieron que tomar los baskonistas en el descanso porque, en la reanudación, firmaron un parcial de 7 a 20 (52-46, min. 27). Pero el regreso a la cancha del gigantón Marjanovic (2,21) volvió a dotar de contundencia a la pintura serbia y los del Estrella Roja volvieron a estirar la goma en el marcador. Al final del tercer cuarto el partido estaba en un esperanzador 61-51.

Salió más fresco el conjunto local en el tramo final (72-60, min. 36) y acabó por firmar un triunfo relativamente cómodo ante un Laboral Kutxa que viajó a Belgrado con la constancia de que ya había conseguido la clasificación matemática la semana pasada. El Estrella Roja se ha convertido en el ogro del Baskonia en Euroliga ya que, aunque termina la primera fase eliminado, ha sido capaz de superar a los de Scariolo tanto en Vitoria como en Belgrado.