PARTIZÁN 64-REAL MADRID 80

El Madrid firma su mejor inicio europeo ante 21.374 serbios

Los blancos debutan en el Top-16 ante el Partizán con su undécima victoria seguida en la Euroliga (26 en el total de la temporada). Gran inicio de Bourousis. Rudy sentenció.

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Año Nuevo, racha vieja, la de 2013 pero con una victoria más de propina: 26 en total ya, toda la temporada sin perder. Y undécimo triunfo sólo en la Euroliga, lo que supone un nuevo récord del Madrid: el mejor inicio continental en su historia. Los de Laso superan al equipo de la campaña 92-93 que lideraba Sabonis y dirigía Luyk y al de la 81-82, con Lolo Sainz al frente y Fernando Martín en su primer año de blanco. Cotas históricas para un grupo que aspira a ser leyenda; pero que en Belgrado estuvo discreto la mitad del duelo. Le bastó (64-80).

Tremendo en el primer cuarto, flojo en los dos siguientes y de nuevo brillante para honrar su racha. Rompió cuando había dado pie al Partizán a soñar con la remontada (55-61, minuto 32). Al Partizán y a sus hinchas, a los 21.374 que abarrotaron el colosal Belgrado Arena (ahora Kombank). Esa fue la primera medallita en la pechera en el desembarco en el Top-16: otro llenazo en cancha ajena, y no en una cualquiera. Escenarios como este de la capital serbia hacen grande al baloncesto.

Faltaban ocho minutos y los ‘grobari’ (enterradores) estaban a tiro de dos triples. Tocaba remangarse atrás y bajar el trasero con Darden y Slaughter en pista, acertados también en ataque en ese tramo vital. Triple de Darden y otro de Rudy, el de la sentencia tras un fabuloso uno contra uno frontal que acalló a la grada (57-71). El Real retomaba el juego exhibido en el arranque del duelo, cuando la trinidad formada por Bourousis, Rudy y Mirotic laminó a los locales: 19 de los 23 primeros tantos (15-23). Y para cerrar el acto, Sergio Rodríguez quebró y asistió para el tiro de tres lateral de Felipe Reyes, que luego añadiría otro. Raza blanca tirador, podríamos decir. Impensable al inicio de su carrera, cuando llegaron a probarle en el perímetro y, a menudo, ni tocaba aro.

Con Reyes, pero sin Carroll (0 de 5), que no tuvo el día en el lanzamiento. Y de eso trató el siguiente periodo, el peor del Madrid. El Partizán se ponía en zona y los blancos no percutían, pases tibios y demasiados triples: 23 al descanso y, aunque anotaron ocho, perdían el rebote y no transmitían peligro; sí inmovilidad. La energía que iluminaba era otra, la de Milosavljevic y Lauvergne (13 rebotes). El Real cedía el segundo cuarto (22-18) y ganaba el tercero con un pobre 10-11.

Viajar el día 1 de enero con las uvas en la boca no resulta estimulante, pero los de Laso administraron fuerzas y volvieron a tiempo para presumir de racha, de arrancada europea. Todavía lejos, eso sí, de las 17 victorias seguidas del CSKA en la 2004-05. Y ahora, regreso a la carrera a España. Este sábado le espera Zaragoza, el CAI, y luego, un respiro hasta el viernes, cuando el Galatasaray visite el Palacio. Que el ritmo no pare.