"Soy un pívot de la NBA de 34 años. Soy negro. Y soy gay". La frase fue titular de portada de Sports Illustrated y forma ya parte de la historia del deporte estadounidense. La pronunció Jason Collins, pívot de 35 años y 15 de experiencia en la liga, que pasó de interior de perfil bajo en sus última etapa en Atlanta, Boston y Washington, a ser uno de los personajes del año en la NBA porque nunca antes un jugador todavía en activo había reconocido su condición de homosexual.

Al terminar la temporada Collins, como agente libre, no encontró equipo, por razones eminentemente deportivas como aclararon varios general manager e incluso Adam Silver cuando tomó el relevo de David Stern. Sin embargo, algunos veían que su pronunciamiento influía no tanto por un prejuicio negativo sino porque algunas franquicias temían que la condición sexual de Collins sirviera como distracción mediática. Su caso, de hecho, había vuelto a las primeras páginas después de que un jugador universitario de fútbol americano, Michael Sam, optará también por declararse homosexual y apuntar así a ser el primer jugador en la historia de la NFL abierta y públicamente gay.

Collins, en todo este tiempo, había dejado claro que si encontraba equipo quería que fuera por razones puramente deportivas. Y así ha sido: jugará en los Nets, la franquicia donde jugó entre 2001 y 2008 (todavía en New Jersey), y que necesitaba jugadores para la rotación interior (que no tiene a Brook Lopez) tras el traspaso de Reggie Evans. Por si acaso, Deron Williams o Kevin Garnett se apresuraron en las últimas horas a asegurar que la condición sexual de Collins no sería problema en ningún caso para su integración en el vestuario. Deron, de hecho, aseguró que era el momento de que el deporte estadounidense superará definitivamente los clichés con respecto a la sexualidad de los jugadores: "Estamos en 2014, ¿no? Michael Sam ha salido del armario y sus compañeros le han acogido con los brazos abiertos. Y es deporte universitario. Ya va siendo hora de que la NBA haga lo mismo".

La llega de Collins responde a la elección de Glen Davis, que opta por reunirse con Doc Rivers en los Clippers a pesar del interés de los Nets, que tenían a Collins como 'plan B'. Los Magic no contaban con Davis, 28 años, en su proyecto de reconstrucción, y el jugador ha elegido volver con el técnico que sacó lo mejor de él en su etapa en los Celtics.