El Lokomotiv Kuban rozó la proeza en Moscú, en el duelo ruso, y estuvo a punto de derribar al gigante CSKA en su cancha. Pero quince puntos seguidos del as serbio Milos Teodosic (maestro también en forzar faltas, las que son y las que no) rescataron al CSKA. Con 92-93 y cuatro segundos para el final, Teodosic fue frenado con una personal, pero no pudo lanzar los tiros libres porque se hizo daño en una mano. Le sustituyó el ex del Bilbao Aaron Jackson, al que no le tembló el pulso: 94-93 y victoria.

El CSKA driblaba el tropiezo en el último suspiro, en un partido en el que pasó de bordarlo (46-25, minuto 16), con su famoso pase extra y un gran acierto en el tiro (acabó con 12 de 19 en los triples, 63%), a encadenar una sucesión de pérdidas de balón que devolvieron la esperanza al Lokomotiv: 48-40 al descanso tras un parcial de 2-15.

Los de Krasnodar se lo creyeron ya hasta el final y, con un extraordinario Marcus Williams en los últimos minutos, llegaron a saborear el triunfo. El exbase del Unicaja (11 tantos, todos en el cuarto decisivo) apareció para dar el relevo a Kruno Simon (18) y para aliarse con Derrick Brown (23). Sin embargo, éste erró dos tiros libres a menos de tres minutos de la bocina, lo que otorgó al CSKA una última oportunidad para la reacción (iban 81-86).

Y la aprovechó, con Teodosic, que concluyó con 25 tantos (6 de 8 de tres y 7 de 8 desde la personal), pero 0 de 5 en lanzamientos de dos. Cosas de genio. El CSKA  se puso líder del grupo, pero deberían esperar al partido del Madrid ante el Partizan. Hubieran mantenido el liderato si el Madrid no hubiera ganado por 23 puntos o más. Y el Madrid ganó. Por 23 puntos.