BARCELONA 70 - OLYMPIACOS 58

El coleccionista de récords

En otra noche de récords de Navarro, un Olympiacos bajo mínimos apenas planta cara a un Barça que se garantiza el factor cancha en cuartos y que lleva 22 seguidos en el Top-16.

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Theo Papaloukas abrazaba en el centro de la pista a Juan Carlos Navarro y le daba el relevo mientras por el videomarcador pasaban para felicitar a La Bomba los Gasol, Roberto Dueñas o Nacho Rodríguez. Juan Carlos Navarro Feijoo se convirtió en el jugador con más partidos en la historia de la Euroliga, 253. Superó a Papaloukas. Y atravesó el tercer cuarto con récord de minutos. Este se lo quitó a Holden. Ya era líder histórico de la competición en puntos, valoración, triples y tiros libres anotados… en casi todo.

Navarro es más que sus números porque es lo que nos hace sentir cuando juega al baloncesto. En Euroliga, desde el 18 de octubre de 2000. Pero es que sus números son un tomo de la historia del baloncesto europeo. Están por todas partes, basta con consultar la Wikipedia, y le hemos visto ir acumulándolos. Y por eso a veces perdemos de vista su magnitud. Pero les propongo que lean esto seguido, sentados y después de respirar profundamente: dos platas olímpicas, un Mundial, dos Eurobasket, 2 Euroligas, 7 Ligas ACB, 6 Copas del Rey, 4 Supercopas, una Copa Korac, un MVP de Eurobasket, un MVP de Euroliga, un MVP de Final Four de Euroliga, un MVP de la ACB, dos MVP de la final de la ACB, 3 MVP de la Supercopa, 5 veces en el Quinteto Ideal de la Euroliga, miembro del Mejor Equipo de la Década en la Euroliga, 4 veces en el Quinteto Ideal de la ACB... Y todo esto, recuerdo, habiendo pasado un año jugando en la NBA.

Algún día diremos que vimos jugar a Juan Carlos Navarro como decimos que vimos jugar a Drazen Petrovic. Libra por libra y en términos de talento puro, quizá el mejor jugador de la historia de nuestro baloncesto. En una visión global, seguramente el segundo por detrás de Pau Gasol. Pero es un debate en el que ni ellos, que tanto han hecho juntos, se entretienen. Son la narración de cómo este juego adquirió una nueva dimensión en España y son una de las caras más reconocibles de la gran era del deporte español. Y son las dos grandes joyas de la cantera del Barcelona, donde Navarro es mucho más que un jugador y donde quizá regrese algún día Pau. Sí, diremos que hemos visto jugar a Navarro. Unas veces con una sonrisa de oreja a oreja y otras con un nudo en la garganta.

Olympiacos, bajo mínimos y en peligro

Después del homenaje, el Barcelona se quitó de en medio al bicampeón con dos coletazos y sudando lo justo. El Olympiacos sigue sin ganar en el Palau y acumula cuatro derrotas seguidas para verse 4-6 y con la clasificación en morse. Contra las cuerdas, donde suele ser especialmente peligroso. En la última final, ante el Real Madrid (100-88), sumó 197 de valoración. 80 entre Hines, Antic, Papanikolau, Spanoulis, Law y Printezis. Ninguno jugó en Barcelona. Los tres primeros ya no están, los otros están lesionados. Bajo mínimos, el equipo griego que tan bien dirige Bartzokas sólo pudo estar en partido mientras se lo permitió el Barcelona (35-37 en el minuto 23, 57-44 en el arranque del último cuarto). Corto en la baraja, la mano se le afeó definitivamente con los 0 puntos y -6 de valoración de Perperoglou (0/8 en tiros) y el 1/6 en triples de Lojeski. Le sostuvieron los músculos de Dunston y Petway, que sumaron 35 puntos y 12 rebotes... y 40 del 57 de valoración de todo su equipo. Con 16 pérdidas y muy poca rentabilidad sacada de sus 14 rebotes de ataque, el Olympiacos fue una víctima finalmente mansa de un Barcelona que sólo apretó el acelerador lo justo…

… Pero que no para de ganar. El equipo de Pascual está 19-3 en 2014 y en el Top-16 empieza a acumular números de leyenda: 22 triunfos seguidos (desde el 3 de enero de 2013) y 39 en los últimos 40 partidos. Dos derrotas en cuatro años y la dos fuera de casa. En el Palau no pierde desde el 30 de marzo de 2006. El resultado es que marcha 10-0 y que gobierna con una autoridad que asusta un grupo que asustaba todavía más a priori. A falta de cuatro partidos, lleva tres victorias de ventaja al segundo y cinco al tercero, con lo que se ha garantizado ya la ventaja de campo para el cruce de cuartos, al que ha llegado (con esta) en las últimas nueve temporadas. Se mire como se mire, una barbaridad mientras pelean por las migajas Olympiacos, Panathinaikos o Fenerbahçe.

Pullen siguió a sus doce triples de Valladolid en menos de 23 minutos con otro buen partido (8 puntos, 11 minutos). Anotó los dos primeros triples que tiró y falló dos con el partido ya resuelto. Y esto no es una anécdota: la confianza del norteamericano da al Barcelona un plus de talento que ha echado en falta en partidos decisivos de las dos últimas temporadas.Veremos de aquí en adelante. Huertas brilló de salida y Tomic firmó 14 puntos y 11 rebotes con una facilidad asombrosa. Lorbek tuvo minutos importantes y Oleson volvió a aparecer en la brecha definitiva: 13 de sus 15 puntos y sus 4 triples en el segundo tiempo. Y Dorsey, finalmente, demostró que se puede hacer un partido de cero puntos y buena producción para el equipo: defensa, rebotes, tapones y la energía que faltaba en los minutos de sesteo.

Poco más tuvo el partido más allá de las bajas del Olympiacos y la superioridad del Barcelona, primero sugerida y después evidente. Eso y, por supuesto, otra noche para la historia de Juan Carlos Navarro. Que es la historia de nuestro baloncesto y que por eso es, al menos un poquito, también la nuestra. Así que de parte de los que podremos decir que te hemos visto jugar: gracias.