MERCADO

Con Phil Jackson, los Knicks van a la puja por LeBron James

Con Jackson y Melo Anthony, los Knicks ya miran alto. "Vamos a hacer el baloncesto de equipo en el que yo creo, pero necesitaremos otro (buen) colaborador para Melo”.

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Con Phil Jackson, los Knicks van a la puja por LeBron James
Steve Mitchell USA Today Sports

El simbolismo es múltiple, inevitable: Obi-Wan Kenobi va a los brazos de Darth­ Vader, la cruz se refugia en la espada… y Phil Jackson, el Maestro Zen de la NBA firma contrato con los Knicks de James L. Dolan, “el peor propietario de la NBA”, según una encuesta de Sports Illustrated en 2007-08. ¿Puede convivir el profeta visionario Jackson, que gusta de colgar en su oficina artefactos sioux lakota con este Dolan, propietario/pandillero que detesta a los periodistas, que tuvo problemas documentados de alcohol y drogas y que produjo enfrentamientos escandalosos con Isiah Thomas, Larry Brown, Woody Allen, el exComisionado David J. Stern, e incluso (no es eufemismo)... con su propio padre, Charles…?

Dolan asigna a Jackson, nuevo presidente de operaciones del club del Garden, un papel a lo Pat Riley en Miami. Emparejado con Jeanie­ Buss, princesa heredera en los Lakers, Jackson vuelve a residir en Nueva York: a los 68 años: “Vamos a hacer el baloncesto de equipo en el que yo creo, pero necesitaremos otro (buen) colaborador para Melo Anthony”, reflexionó el Zen Master en réplica a una pregunta sobre el tráfico que se abrirá desde finales de junio con la espléndida hornada del draft 2014… y un intrigante mercado de jugadores en libertad contractual: que podría incluir, nada menos, a LeBron James.

Aunque tiene estipulado en Miami un salario de 20.590.000 dólares para 2014-15, James puede optar por la salida (opt out)… y media NBA se relame sólo con pensarlo: incluidos, por supuesto, los tabloides de Manhattan (odiados por Dolan) y que ya envían a Jackson­ sobre la pista de LeBron­. Para apostar, los Knicks deberían recortar nómina: Stoudemire, Chandler o Bargnani. El gurú zen pisa Gotham­, la caldera de un Dolan al que no se le impresiona con el dominical de The New York Times o con el último número de The New Yorker. Para impresionar a Dolan hará falta algo más: un tal King James en uniforme knick. Vive el momento, Phil.