UNICAJA 61 - BARCELONA 77

El juego pudo con la necesidad

El Barcelona no afloja: 23 triunfos seguidos en el Top-16. Fue muy superior en Málaga ante un Unicaja mermado que apretó hasta donde pudo a golpe de intensidad.

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La necesidad movió al Unicaja, incendió el Carpena y regaló muchos más minutos de igualdad de lo que sugería el juego de uno y otro equipo. El juego y la profundidad de plantilla, claro. La necesidad impulsó al Unicaja hasta el 44-47 del minuto 27. Venía de salvar un matchball (31-45) y de remar a contracorriente desde el salto inicial. Y entonces le cayeron 12 puntos seguidos de Nachbar, con dos triples que resquebrajaron Málaga en el arranque del último cuarto y en ruta hacia el 0-10 que mató el partido: minuto 36, 47-65. Y en valoración, 36-77. Un dato gélido que era la pura realidad. El resto fue el coraje de Unicaja. Que sigue vivo pero que se la juega, ahora seguidos, contra Olympiacos y Panathinaikos.

Y así está el grupo, cuatro equipos para dos billetes a cuartos: 6-5 Panathinaikos, tercero, y 5-6 por detrás Unicaja, Fenerbahçe y Olympiacos. El equipo de Plaza va en precario sin Vidal, Hettsheimeir y un Caner-Medley cuya baja supone un drama. La posible relajación del Barcelona, que se ha ganado el derecho a ir silbando mientras los demás se juegan el cuello, era una baza que finalmente fue un farol. El Barça no tuvo piedad ni aflojó la soga. Cuando el Unicaja subió la intensidad, aceptó el reto. Y el resto fue el baloncesto. El Barcelona es el gran nivelador del grupo: gana a todos sin distinción. Una victoria contra él casi valdría doble en las cábalas. Pero nadie la logra. Y la próxima semana va al Palau un viejo y muy íntimo enemigo, Panathinaikos, en busca de la hazaña en la pista donde el Barcelona no pierde en el Top-16 desde 2006. En total el equipo de Pascual lleva ya 23 triunfos seguidos en esta fase y 40 en los últimos 41 partidos. Sencillamente increíble.

El cuarto duelo de la temporada entre Unicaja y Barcelona evidenció la inercia de ambos equipos. El Unicaja ganó el primero, en ACB en el Palau, y ha perdido los tres siguientes. Este con especial dureza, siendo muy inferior. Cada vez con menos mimbres, a Plaza no le cuadraba el plan habitual contra Pascual. Se vio atrás pronto (3-10 visto y no visto) y remó hasta donde pudo. Tardó nueve minutos en anotar su primera canasta de dos, pero a cambio Calloway metió sus tres primeros triples. Perdió demasiados balones pero también los robó y trató de llevar el partido al tiovivo emocional. Lo logró sólo en ese amago de remontada del tercer cuarto que aniquiló Nachbar con ayuda de Lorbek. Hielo esloveno, el Carpena reducido a cenizas. Humeantes, pero cenizas.

El Barcelona abrió la brecha final con Sada, Oleson, Abrines, Dorsey y Nachbar y Lorbek alternando en el ‘4’. Ni Navarro, ni Huertas ni Tomic. Esa es la profundidad del Barcelona, una rotación descomunal y ahora bien ajustada que firmó otro partido excelente. En ataque con ritmo y circulación, en defensa con cohesión y solidez. Inteligente, el Barcelona supo leer el partido y aprovechar sus momentos, sacó el mazo cada vez que el Unicaja, cegado, se paraba a coger aire. Brecha tras brecha hasta la brecha definitiva ante un rival en el que Toolson no sumó, Granger restó, Suárez sólo puso intangibles y Dragic jugó en su estilo heroico pero sin puntería: 2/9. Calloway primero, Stimac después y finalmente Kuzminskas, con capotes de Fran Vázquez, llegaron hasta donde pudieron: tres cuartos, punto y final.

No se puede reprochar demasiado el Unicaja. Le faltaron piernas cuando tuvo acierto y acierto cuando tuvo piernas. En equilibrio bajo mínimos, no estaba en situación ideal para parar a un Barcelona que ahora mismo juega de memoria y que es el mejor equipo del Top-16. De este año y de los anteriores: 23 seguidas y que pase el siguiente, Panathinaikos. Al menos ahí podrá devolverle parte del daño hecho hoy al Unicaja.