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La metamorfosis de Ricky Rubio después del All Star Weekend

El base español mejora sus números después del parón de febrero. Anota más y con mejor porcentaje, asiste más y es todavía más decisivo en los Wolves.

Madrid
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La metamorfosis de Ricky Rubio después del All Star Weekend
MIKE BROWN EFE

Ricky Rubio está completando su primera temporada completa en la NBA. La primera vez en la que podremos valorar realmente su impacto al cabo de 82 partidos. Porque Ricky lo ha jugado todo. Absolutamente todo. Algo que necesitaba para olvidar su lesión y que necesitaba Minnesota para, al menos, intentar luchar por los Playoff. En esta última parte de Liga Regular Rubio se está volviendo a encontrar con su ‘yo’ de 2011. Su mejoría después del All Star (14-16 de febrero) se ve en sus números:

Antes del All Star: 8,9 puntos, 8,3 asistencias, 4,5 rebotes y un 36,1% en tiros en 31,6 minutos.

Después del ASW: 9,8 puntos, 9,2 asistencias, 4,2 rebotes y un 43,4% en tiros en 32,5 minutos.

Para comparar. Tras el parón de febrero tiene mejor porcentaje que otro bases como Kyle Lowry, Rajon Rondo, Ty Lawson, Kemba Walker, Brandon Jennings o Kyrie Irving. Obviamente no tira tanto como ellos, pero cuando sí lo ha hecho ha mantenido esos porcentajes.

En todo este año, y tal y como el propio jugador reconoce en la entrevista que hoy publicamos en AS, su juego está siendo muy irregular, algo que podemos comprobar en sus últimos cinco partidos. Anoche, ante los Memphis Grizzlies de Marc Gasol, tuvo un 1 de 8 en tiros de campo, consiguió 6 puntos y repartió 4 asistencias. La noche anterior, ante Phoenix, se fue a los 19 puntos, 9 asistencias y 4 rebotes, con 7 de 12 en tiros.

Un ‘back-to-back’ que no le vino demasiado bien al español. Los dos partidos anteriores, también en noches consecutivas, fueron igual. Buen partido el primero, y mala actuación al día siguiente. 22 puntos, 15 asistencias y 10 rebotes contra Dallas y 5 puntos y 8 asistencias 24 horas después contra Houston. No obstante, hay detalles para la esperanza en situaciones anteriores. 7 de febrero contra New Orleans: 11 puntos y 6 asistencias. 8 de febrero ante Portland: 25 puntos y 9 asistencias. Demostrando que su rodilla puede aguantar perfectamente dos partidos en dos días y, además, rendir como un base ‘top’ de la NBA.

La mejoría post-All Star de Ricky demuestra no sólo que se ha recuperado totalmente de su lesión, sino que la mejor versión del español está todavía por llegar. Esos partidos de +15 puntos y +10 asistencias es lo que se esperaba de él antes de su choque con Kobe en 2012 y el propio Ricky se ha encargado de hacernos soñar con un futuro alejado de malos porcentajes y bajas estadísticas. Como él mismo reconoce: “Me centro mucho en generar juego para los demás y la última acción que miro es la mía, igual tengo que empezar a mirar más por mí. Pero es mi sello personal, el que me ha llevado hasta aquí y es difícil cambiarlo”. Quizás con una mezcla de ese Ricky egoísta que pocas veces nos enseña y el brillante asistente que aparece por los Top 10 de cada noche salga uno de los mejores bases de la NBA.

La mejoría, eso sí, no estará exenta de trabajo. Ricky se enfrenta a uno de los veranos más importantes de su carrera. Tiene varios meses de trabajo antes del Mundial en los que deberá mejorar el tiro y la entrada a canasta, esto último directamente relacionado a volver a conseguir fuerza en su rodilla izquierda. El próximo año comenzará a jugarse su nuevo contrato (cobra 4 millones esta temporada y 5 la que viene), ya sea en Minnesota o en otro equipo, y necesita que la NBA vea la mejor versión de Ricky Rubio.

 

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