Gorka Arrinda dejó de ser el máximo accionista del Bilbao, a falta de los últimos flecos notariales. El consejero delegado transmitió todos los títulos que suman él y su familia al grupo alternativo de gestión, formado por Iñaki Calvo, Enrique Guzmán, Juan Elejalde, Carlos del Campo y Javier Montoya. Esta firma era la condición sine qua non que imponía la plantilla para desconvocar la huelga, aunque de madrugada el capitán, Mumbrú, seguía debatiendo un posible acuerdo con los nuevos rectores para obtener garantía absoluta de que cobrarán todo lo que se le debe. A las 10:15 horas, despejarán la incógnita en Miribilla, en una rueda de prensa.Gorka pedía un millón de euros, pero se le ofreció menos de un tercio de esa cantidad. El club informó que Arrinda aún se mantendrá de forma interina (sin ningún poder ni voz ni voto), ya que formalmente hasta la celebración de una junta de accionistas, a finales de abril, no llegarán al consejo de administración los cinco empresarios que toman las riendas.

A partir de ahí, habrá una limpieza clara de los vestigios ‘arrindistas’. Es seguro que se mantendrán tres personas del actual organigrama (en prensa, administración y marketing), y falta por decidir qué ocurrirá con el todavía presidente, Savovic. Además, se elaborará un plan de viabilidad para solventar los seis kilos de agujero que deja Arrinda y se elaborará un presupuesto bajo, dentro de una “economía de guerra”, según precisó Iñaki Calvo, portavoz de la nueva plataforma. Un puñado de aficionados que son accionistas intentan ya agruparse para hacerse oír en el futuro consejo, que buscará la pluralidad frente al órgano monocolor actual. Es el fin a 14 años y 21 días de espectacular gestión deportiva y nefasto pilotaje institucional, económico y social.

El acuerdo con Arrinda llegó tras múltiples reuniones (una de ellas, el lunes, con los capitanes frente al consejero delegado, representante de varios de ellos, en una cita muy crispada en la que éste tuvo que soportar un chaparrón). El máximo accionista ha quedado sepultado bajo un torrente de desprestigio (la última gota, aunque ventajista cuando el árbol casi había caído, la durísima crítica del ex presidente Davalillo, aludiendo a que la gestión de Arrinda era “vergonzosa”). Los jugadores viajan hoy a Cataluña y el Barcelona ya ha avanzado que devolverá el precio de las entradas en caso de que no se dispute el partido.