Armani Milán 91 - Barcelona 63

Y el récord se quedó en 24

Sin nada en juego, el Milán se da un homenaje a costa de un Barça completamente fuera del partido. Incluso sin Langford, los italianos mostraron credenciales de aspirantes.

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El 3 de enero de 2013 el Barcelona perdió en pista del Khimki 78-65. Esa era su última derrota en el Top-16 hasta su visita a Milán, donde su estratosférico récord quedó sellado en 24 triunfos seguidos. Doce de esos triunfos le habían dado el pase y el liderato de grupo antes de este partido así que no se jugaba nada en Italia. Y lo único que se dejó fue algo de la extraordinaria imagen que ha mostrado en las últimas semanas, de hecho en todo el Top-16 hasta ahora. Es difícil que a las órdenes de Pascual los jugadores bajen los brazos pero esta vez lo hicieron. El resultado fue una paliza retumbante en la pista donde se jugará la Final Four del 16 al 18 de mayo. El Barcelona es claro aspirante a volver a esta cancha con, claro, una tensión competitiva completamente distinta.

SI algo dejó un partido sin historia fue la excelente imagen del Emporio Armani Milán. Lo visto ante un Barça en excedencia no fue un espejismo. Desde que perdió en el Palau, el equipo de Luca Banchi ha ganado a todos sus rivales en el Top-16: ya siete triunfos seguidos. Será segundo y tendrá ventaja de campo en cuartos. Un aviso: si defiende su pista en la Final Four, donde nadie ha ganado en esta segunda fase, será un rival temible. Quizá en tramos de competición largos no tenga poderío para alcanzar a CSKA, Madrid o Barcelona. Pero en formato de final a cuatro tendría tantas opciones como cualquiera. A lo que mostró ante el Barcelona hay que sumarle los más de 17 puntos y más de 18 de valoración de Keith Langford, uno de los mejores jugadores de la Euroliga, ahora lesionado.

El Barcelona no encajaba 91 puntos desde 2007 y nunca había perdido por tanto en Euroliga (la anterior marca: 84-59 en Tel-Aviv). No jugaron ni Navarro ni Nachbar pero tampoco lo hicieron los que saltaron a la pista. Después de un bonito primer cuarto (21-20) y antes de un intrascendente último (22-23), un terremoto hizo añicos al Barcelona: 48-20 entre el segundo y el tercer cuarto, un zarandeo rematado en un tercer parcial sonrojante para el Barcelona, que firmó un 1/16 en tiros de campo y sólo anotó una canasta de Sada y 4 tiros libres. Impropio. En el minuto 13 el equipo azulgrana ganaba 23-27. Ahí, un parcial de 12-0 abrió la caja de los truenos. El Milán estaba más motivado, mucho más metido en el partido… y jugó mejor, muchísimo mejor. Fue ganando confianza y acabó metiendo prácticamente todo lo que tiraba. Enfrente, el Barcelona se quedó en un triste 3/19 en triples y sólo Abrines (12) anotó más de diez puntos.

Gentile, un talento muchas veces discontinuo que ha metido la sexta velocidad en la segunda vuelta del Top-16, dio un recital: 24 puntos con canastas de todos los colores, 7 rebotes y 6 asistencias. El resto lo pusieron los mates de Samuels, los triples de Jerrells y la inteligencia de Hackett. Ellos, con el ausente Langford, conforman un núcleo que, repito, será muy difícil de ganar si comparece en esta pista el próximo 16 de mayo. Donde también debería llegar el Barcelona. Si lo hace será, claro, un equipo completamente distinto porque esta vez se tomó un día de vacaciones.