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Ricky, tercer año sin playoffs y un futuro de negociaciones

Los Wolves suman una década sin llegar a la fase final. Love podría irse en verano de 2015, justo cuando el español puede poner fin a su contrato.

Madrid
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Ricky, tercer año sin playoffs y un futuro de negociaciones
CRAIG LASSIG EFE

Ricky Rubio y los Minnesota Timberwolves afrontaban la temporada 2013-2014 como la del año de su confirmación. Habían superado la plaga de lesiones del curso anterior y tenían el mejor equipo de los últimos años listo para llegar a los playoffs. Pero no fue así. Ricky Rubio seguirá viendo la postemporada desde la televisión por tercer año seguido y los Wolves, tras una década fuera de la fase final, se enfrentan a una más que posible y dolorosa reconstrucción.

El primer año de Ricky fue, ante todo, inesperado. Inesperado por su estelar aparición en la liga tras unos años en Barcelona sin grandes estadísticas. E inesperado por esa fatídica lesión que lo apartó de unos pabellones que ya comenzaban a adorarle. Los Wolves acabaron la temporada del 'lockout' con 26 victorias y 40 derrotas, su mejor marca desde la época de Kevin Garnett, y con la sensación de tener un equipo con grandes aspiraciones para los próximos años: Kevin Love, Rubio, Beasley, Derrick Williams, Pekovic... En la mente de la gente de Minnesota ya salían los playoffs.

Pero llegó enero de 2013 y cuando Ricky volvía de su lesión la muñeca de Kevin Love hizo 'crac'. Adiós a todo sueño posible. Budinger, el teórico alero titular, tampoco conseguía salir de la enfermería y hasta se probó suerte con un Brandon Roy que no consiguió volver a ser útil y tuvo que retirarse definitivamente. Los jugadores que más minutos tuvieron esa temporada fueron Ridnour, Kirilenko, Cunningham, Pekovic y Derrick Williams. No suena a quinteto de playoffs, y menos en el Oeste. Al final, 31 victorias y a esperar a 2014.

14 derrotas por cinco puntos o menos. Catorce. Actualmente los Wolves ocupan la décima posición en el Oeste con 38 victorias y 38 derrotas. Los Suns son octavos con 46-31. Siete victorias y media de ventaja sobre Ricky y compañía. Si Minnesota hubiera ganado la mitad de esos partidos que perdieron por 5 puntos o menos ahora mismo estarían luchando de tú a tú los playoffs. Cuando un día pierdes un encuentro en el último minuto puede ser mala suerte, cuando te pasa 14 veces en una misma temporada es un problema. ¿Y dónde está ese problema? En que Kevin Love es el único jugador del equipo capaz de generarse su propio tiro. Ricky, Pekovic o Corey Brewer no son jugadores para esas ocasiones y Kevin Martin no ha demostrado ser el jugador importante por el que los Wolves apostaron este verano. Puedes tener una de las mejores parejas interiores de la liga, uno de los mejores bases pasadores, un buen alero defensor, pero si no tienes un anotador, especialmente para los momentos decisivos, estás muerto.

El año de Ricky. El español ha ido de menos a más este curso, especialmente a partir del All-Star, cuando ha conseguido anotar por encima de los 15 puntos en varias ocasiones manteniendo una media de 9,3 asistencias por noche. Su año ha dejado momentos de esperanza tras una lesión que puso en duda su futuro en la liga y de la que, poco a poco, se va recuperando física y mentalmente. Hablar de Ricky es hablar de su tiro. Ese tiro que trae de cabeza al jugador y por el que tantas críticas ha recibido. "Repetición y confianza. Esto último es lo que me falta", nos confesaba en una reciente entrevista. En los últimos tres partidos lleva 18, 13 y 14 puntos y hace un par de semanas nos dejó un partido de 22-15-4. "Repetición y confianza". La realidad es que está cuajando su mejor año en cuanto a porcentajes: 38% en tiros de 2, por el 37 y 36 de las dos campañas anteriores. Eso sí, anota y tira menos que nunca. La razón la explicaba el propio jugador: "Me centro mucho en generar juego para los demás y la última acción que miro es la mía".

Sobre esa frase, conviene hablar de sus pases. Porque hablar de Ricky es hablar, principalmente, de un asistente. El sexto mejor de este año después de Chris Paul, Rajon Rondo, Kendall Marshall, Ty Lawson y John Wall. 8,6 asistencias cada noche y la sensación de que podrían ser más, no en vano los Wolves tienen el segundo peor porcentaje de tiros de 2 (44,5%) y de 3 (34,2%) de toda la Conferencia Oeste. Y los robos, segundo de la NBA a 0,1 del líder, Chris Paul.

El futuro

Ricky Rubio tendrá que decidir su futuro a lo largo de la próxima temporada, cuando cobrará 5 millones de dólares. Para la 2015-2016 aparece en su contrato la famosa 'Qualifying Offer'. Esto quiere decir que Ricky puede aceptar esa oferta y cobrar 6 millones para ser agente libre en verano de 2016, o puede rechazarla y convertirse en agente libre restringido en verano de 2015. Si escoge esta opción, los Wolves pueden igualar la mejor oferta que tenga mantener a Rubio en Minnesota.

En Estados Unidos ya se ha rumoreado con que el agente del español va a pedir 10 millones para renovar por los Timberwolves. Se trata de una cantidad cercana a lo que cobrará, por ejemplo, Stephen Curry. Parece complicado que Ricky reciba semejante salario y lo lógico sería verle en una cifra que gire alrededor de los 8 o 9 millones.

La renovación del base de El Masnou es uno de los muchos frentes contra los que tendrán que luchar en Minnesota. El principal: Kevin Love. El líder de la 'manada' tiene una opción en su contrato por la cual puede ser agente libre sin restricciones en verano de 2015. Esto quiere decir que si los Wolves no le convencen para renovar tendrán que traspasarle o simplemente verle marchar sin recibir nada a cambio. Del futuro de Love en la franquicia depende el de Ricky. Si Love se va, las opciones de playoffs de Minnesota serán todavía más lejanas y el español podría buscar un nuevo destino. Eso sí, el nivel de los actuales bases de la NBA es de los mejores de la historia y no parece una tarea sencilla. De los diez mejores equipos de cada conferencia sólo los New York Knicks echan en falta a un buen base. Es tiempo de negociación en Minnesota.