BARCELONA 77 - RÍO NATURA MONBUS 62

Y ahora, por fin, el Galatasaray

Después de muchos partidos intrascendentes, los últimos con una imagen discutible, el Barça afronta los cuartos de la Euroliga. El Obradoiro, entregado desde el primer cuarto.

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El martes el Barcelona llega a uno de los ochomiles de la temporada, el playoff que abre o cierra la puerta de la Final Four. El Barcelona había lucido un aspecto inmejorable desde la final de Copa hasta la pasada semana, en la que perdió ante Milán, CAI y Laboral Kutxa. Como no eran partidos de exigencia ni trascendencia, es difícil saber hasta qué punto el Barça había dado un paso atrás o cuánto había de exceso de relajación y de escapismo hacia lo que estaba por venir: los cuartos de final de la Euroliga. El martes. Ante el Galatasaray.

La intempestiva visita del Obradoiro, a tres días del trascendental primer partido ante el equipo turco, sirvió para que la racha de tres derrotas no aumentara y para que ningún jugador se cansara demasiado. Pero no resolvió demasiadas dudas ni era desde luego día para sacar demasiadas conclusiones. Algunas, sin embargo, caen por su propio peso: el Barcelona tiene varias marchas más de las que ha enseñado en los últimos quince días pero también parece haber perdido un punto de finura que afecta a la profundidad de su rotación y a aspectos decisivos como el tiro exterior: 26% en triples en las tres derrotas anteriores, 34% ante el Rio Natura Mombus. Y lo peor fue que el 10/39 estuvo mal repartido: 0/11 entre Abrines, Papanikolau y Navarro. Ese asunto sí tiene que preocupar al Barcelona porque le ha fallado en muchos momentos de la temporada y supone un lastre de mucho peso para su juego de ataque.

Tampoco Tomic parece estar en el extraordinario momento de forma de febrero y marzo y en general el Barcelona parece un poco menos a la espera de ver cómo reacciona al regreso de la máxima tensión competitiva. Cosas del calendario. La mejor noticia de un partido sin peso específico fue que Oleson pisó pista tras días de problemas musculares y que la pareja eslovena sí demostró estar en su mejor momento de la temporada. Entre Lorbek y Nachbar anotaron 38 puntos y 7 de los 10 triples del Barcelona. Suficiente ante un Obradoiro que suma seis derrotas seguidas y que tiene pocos argumentos desde que le coincidió la marcha de Muscala y la lesión de Junyent. Sin ellos pierde 23 puntos, 12 rebotes y 28 de valoración por partido. Y pierde el equilibrio en un juego demasiado basado en la aportación exterior de Luz y Corbacho. El Barcelona controló a ambos en un primer tiempo en el que no anotaron y pusieron rostro al naufragio del equipo de Moncho Fernández: 20-6 en el primer cuarto, 41-20 al descanso con 13 pérdidas y un horrible 2/17 en tiros de dos para el equipo gallego, que aprovechó la bajada de brazos del Barça en la segunda parte para evitar una derrota excesivamente aparatosa. Delas (20 puntos, 4 rebotes) fue el mejor de principio a fin más allá del maquillaje final de Corbacho y Berzins. No hubo partido. El Barcelona se escapó sin sudar y guardó fuerzas de forma descarada después. Su guerra comienza el martes. La del Obradoiro es terminar de ponerse a salvo (10-17) en una temporada en la que todo se ha ido torciendo en la que la única exigencia ya es salvar los muebles.