La batalla ha empezado, lean lo que dice Georgios Bartzokas, el entrenador del Olympiacos: “Hemos visto lo que esperábamos del Real Madrid: velocidad, calidad, motivación y teatro (flopping). Merecen nuestro respeto, pero hay esa parte de su juego... Reyes se cayó al menos 30 veces”. En realidad, sólo fueron cuatro y en alguna hasta le pitaron falta.

El martes vimos un partido duro, con piques y una personal muy fea de Petway­. Hace once meses, en la final de 2013, el Olympiacos subió el nivel físico con el visto bueno de los árbitros y pasó por encima al rival. El martes, tras perder 15 puntos de renta, el Madrid sí tuvo la dureza mental y física que echó de menos en Londres. La plantilla se ha curtido y las piezas nuevas (Bourousis, Darden y Mejri) aportan cosas que le faltaban. “Sí, Bourousis es muy importante en estos duelos —nos dice Mirotic—. Tiene la experiencia que hace falta”.

El Madrid barrió al Olympiacos y le aguantó el pulso de la hombría. Pero Bartzokas tira del comodín arbitral para condicionar el segundo duelo. Ya lo hizo el martes en el descanso, en el túnel de vestuarios. Se quejó de las faltas y los de Laso sólo lanzaron dos tiros libres en la segunda parte: 16 en total, por 20 del equipo griego. Si gana el Madrid, dará jaque al campeón. Pero si este iguala el playoff, se pondrá en manos de uno de los pabellones más cálidos de Europa, el de la Paz y la Amistad. Aquí hay tomate, cuate.