REAL MADRID 82 - OLYMPIACOS 77

El Madrid acaricia la Final Four

Derrotó con firmeza al Olympiacos con una enorme actuación de Bourousis y domina la serie 2-0. Podría cerrar en Atenas este lunes su pase a la cita de Milán.

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De una antología del juego ofensivo, la de la primera parte, a otra de la tensión y la pelea. Al Madrid se le encendió la luz de la reserva, pero en estos tres años con Laso en el banquillo ha aprendido a sufrir, a marcar territorio. Esa capacidad agonística, y su inmenso talento, le pone ya 2-0. Nunca nadie en la Euroliga ha remontado esa desventaja en un playoff a cinco partidos, nunca el Madrid ni en Europa ni en España cedió una eliminatoria tras vencer los dos primeros duelos (información de Míster Chip). Los datos facilitan la deducción: el Madrid toca ya la Final Four. Necesita un triunfo, uno, y tiene hasta tres partidos para conseguirlo. O dicho al revés, para no estar en Milán el 16 de mayo tendría que tropezar tres veces seguidas con la piedra griega en cinco días (este lunes, el miércoles próximo y el viernes). Las mismas derrotas que ha sumado desde octubre en 58 partidos. El desafío para el campeón de Europa se presenta colosal, aunque ahora la serie viaja a Atenas, a El Pireo, y a ese pabellón de la Paz y de la Amistad que es un puro eufemismo.

Fue un triunfo de peso, de los que deciden eliminatorias, pero fue también un triunfo de rabia. Laso, su cuerpo técnico, los jugadores madridistas se han tomado como un insulto grave las palabras de Bartzokas acusándolos de teatreros. La tensión era palpable. Desde fuera vimos esas declaraciones como un recurso a la desesperada del Olympiacos para intentar frenar lo inevitable, un 2-0 que ha caído por el peso de la calidad. Este Madrid, además, ha perdido por el camino de la vida, el de la madurez, esos gestos de equipo medroso que le condenaron en el pasado reciente.

Se pasó del 53-44 del descanso a un parcial en la segunda parte de 29-33. Sin Draper (tiene muy complicado llegar a tiempo a la Final Four) y sin Carroll, vimos muchas manos dándole al botón de sumar. La calculadora echaba humo: primero Rudy y un Mirotic muy fino, también Bourousis; luego Reyes, que añadió dos triples y una canasta de cinco metros del tirón (intuimos que dedicadas a Bartzokas). A continuación, aluvión de Sergio Rodríguez. El Olympiacos, mientras, mejoraba respecto al martes, y aun así llegó a caer por 14 puntos (38-24). Ya no extraviaba tantos balones, robaba alguno más y dominaba el rebote, en especial el ofensivo (28 a 36, de ellos, 17 en aro contrario). El Madrid, sin embargo, imponía su ritmo, el del ataque. Puntería fantástica: 9 de 13 en triples de salida.

Darden y Díez hacían labor de mella marcando a Spanoulis, que veía gran parte del segundo cuarto desde el banco. Además, los Sergios le atacaron siempre que pudieron. La pizarra blanca le buscaba. Defender no es su fuerte. En esta serie, el Olympiacos tiene un problema. Le va un estilo, una velocidad parecida a la de su enemigo, pero jugando a lo mismo es inferior. Spanoulis aportó un extra en la reanudación, aunque el Palacio, que también rugió indignado contra Bartzokas, no sufría. Lo veía ganado: 78-66, minuto 36. Trabajo hercúleo de Slaughter en su zona. El stopper perfecto.

El bajón vino justo al final, mitad pilas gastadas mitad desconexión mental. Lojeski, nefasto hasta ese instante, surgía de la nada y el Olympiacos firmaba un contraataque, un par de canastas sencillas bajo el aro… 79-75 a falta de un minuto. Sergio y Bourousis recondujeron la crisis desde la personal, esa misma línea que hizo llorar al campeón: doce tiros libres fallados.

De nuevo, gran actuación coral ataque-defensa, como la de Llull. Aunque si hay que señalar con el dedo, apunten a Bourousis: 19 puntos, 10 rebotes y 24 de valoración. Vino para partidos como este. Inteligencia guerrera.