Derek Fisher ya es una leyenda de la NBA a la luz de los números. El base de los Oklahoma City Thunder se convirtió en la noche del martes en el jugador que más partidos de playoffs ha disputado en toda la historia de la Liga. En el quinto encuentro de la serie ante los Memphis Grizzlies, Fisher alcanzó los 245, superando al mítico Robert Horry, que se quedó en 244.

Desde 1996, Fisher ha sido una constante en la NBA gracias a su salud de hierro que le ha permitido perderse muy pocos partidos. Entre las temporadas 2004-05 y 2011-12, el expresidente del sindicato de jugadores disputó 537 partidos oficiales seguidos (otro récord) en la Liga norteamericana y su racha no se truncó por lesión o enfermedad, sino porque los Lakers lo traspasaron a Houston y no fue incluido en la lista para un duelo de los Rockets ante los Clippers. Después no llegó a debutar con el equipo texano y fue enviado a los Thunder.

Esta temporada ha jugado 81 encuentros de liga regular (suma 1.287 en 18 temporadas) y los 5 de playoffs para esa cifra global de 245. "Nunca imaginé esto. Nunca lo soñé, no podría haber pagado a Joel Silver (productor de Hollywood) para dirigirlo, escribirlo o producirlo. Ni en mis más salvajes sueños", dice Fisher haciendo una referencia cinematográfica que le viene de sus años en los Lakers, con los que ganó cinco anillos.

Fisher debutó en los Lakers en 1996 y ha jugado también en los Warriors, los Jazz, los Mavericks y en los Thunder, su actual equipo. Las medias de su carrera son de 8,3 puntos, 2,1 rebotes y 3,0 asistencias, pero por encima de estas cifras está su contribución esencial en los títulos que conquistó con los Lakers, con robos y tiros decisivos en los playoffs que ha disputado en 16 ocasiones.