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VALENCIA BASKET 80 - UNICS KAZAN 67

Valencia deja escapar una renta de 33 puntos en el último cuarto

Los 'taronja' deberán defender 13 puntos en la vuelta que se disputará en Rusia el miércoles 7 de mayo, tras completar tres cuartos casi perfectos.

Actualizado a
Valencia deja escapar una renta de 33 puntos en el último cuarto

Ganar de 13 puntos a uno de los mejores equipos de Europa en una final y quedarte con un sabor amargo es algo difícil de explicar para alguien que lea esta crónica sin ver el partido. Pero esa es la sensación que le quedó ayer a Valencia Basket tras dilapidar una ventaja casi definitiva (llegó a ser de 33 puntos) en un último cuarto (6-23), para olvidar, igual que el pasado domingo en el Palacio ante el Madrid. O mejor dicho para reflexionar. Sobre todo después de firmar tres primeros capítulos perfectos que le podían haber valido el título de la Eurocopa y la clasificación para la próxima edición de la Euroliga. Al final, los 13 puntos se antojan cortos para encarar la vuelta en Kazán pero muchos lo habrían firmado antes de empezar.

El sabor amargo del final no debe empañar el arranque deslumbrante de un equipo que crece cada día. El caso es que los taronja, de entrada, agarraron del cuello hasta asfixiar a un equipo de superestrellas confeccionado a base de talonario. Tanto es así que el MVP de la competición, Andrew Goudelock, dimitió de la final deliberadamente en el tercer cuarto y sólo volvió para maquillar su estadística cuando su equipo ya avanzaba cuesta abajo en el último acto.

En los tres primeros cuartos de los ocho que dura la final, Valencia dominó todas las facetas del juego. Apoyados en una defensa agresiva con continuas ayudas ante los tiradores rusos, fue un ciclón que las metía de todos los colores. Al principio percutió con repetidas jugadas de bloqueo y continuación, luego golpeó a base de triples y después corriendo el contrataque enloqueció a una Fonteta llena hasta la bandera. Doellman era el líder de la manada taronja que metía cada balón que pasaba por sus manos. Los parciales eran escándalosos. Tanto que por momentos pareció que los rusos arrojaban la toalla antes de jugar la vuelta. La máxima ventaja llegó a los 33 puntos (70-37) mediado el tercer cuarto.

En ese momento, se desfondó el Valencia. Doellman empezó a acusar el cansancio y a deslucir su partido NBA. Y todos los demás se fueron contagiando, incluso Pau Ribas que se echó el equipo a la espalda durante algunos minutos. Sin creerselo demasiado, el Unics empezó a remontar a base de transiciones rápidas y los taronja parecieron haber perdido sus poderes, al más puro estilo Space Jam. Acabó pidiendo la hora viendo que su colchón se esfumaba a la velocidad de la luz. Al final, 13 de ventaja y a sufrir en Kazan.