—¿Qué tal por Bilbao?

—¡Fantástico! Se come muy bien. Estoy disfrutando. He tenido una acogida muy cálida. Sé que en Bilbao el fútbol es el primer deporte, pero el baloncesto va después.

—Jugador con más partidos en la NBA y cuatro anillos (tres con los Celtis y uno con los Bulls)... impresionante.

—Fue un honor que me eligieran entre los 50 mejores de la historia de la NBA y aún sigo siendo reconocido por ser el tipo con más partidos disputados. Ya caerá ese récord.

—¿Los 80 fueron los años dorados del baloncesto?

—Sí, porque jugaba yo (risas). Se inició un camino hacia la prosperidad y hacia un reconocimiento global.

—¿Qué jugador es el que más le ha impresionado?

—El mejor con el que he estado es Bird, pero el mejor que he visto, Abdul-Jabbar.

—¿Y Jordan?

—Bird era líder dando ejemplo y Jordan, por su forma de expresarse. Una vez me equivoqué en un entrenamiento con Chicago y me dijo: “¿Qué haces? A que te pateo el culo”. Le contesté: “Ey chaval que tengo más anillos que tú, yo no estoy enamorado de tu juego como estos tipos”. Desde entonces me respetó.

—¡Usted era el jefe!

—Sííí, el jefe del vestuario.

—Ya no hay pívots como los de antes...

—Es verdad. El juego ha cambiado, los pívots ya no dominan. Ahora todo está enfocado hacia el lucimiento de los bases y aleros. Pero los hombres grandes van a volver, tienen que hacerlo (risas).

—¿Qué le parecen los hermanos Gasol?

—Tienen muchísimo talento. Marc ya es dominador y lo va a seguir siendo, porque es joven. Juntos podrían ganar el anillo. España tiene un gran equipo y ojo en el Mundial.

—¿Quién ganará el anillo este año?

—Miami Heat, pero me gustaría que se lo llevara San Antonio. Soy de la vieja escuela y me gusta mucho cómo juegan los Spurs.

—¿Tras retirarse lo pasó mal y tuvo que vender algún anillo? ¿Fue muy duro?

—No.