Real Madrid 98- Unicaja 93 (1-0)

El Madrid gana en la prórroga tras remontar doce puntos

El equipo de Laso remontó en la segunda parte pero no pudo resolver antes de un tiempo extra en el que fue decisivo Mirotic. El segundo partido de la serie, el domingo.

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Pensábamos muchos que para que el Unicaja diera la campanada, el Madrid debía abrirle la puerta. Y se la abrió, al menos de inicio. Pero quizá la gente no tuviera en cuenta que el Unicaja llega, de largo, en su mejor momento de la temporada. Me lo decía un amigo fiel seguidor del equipo malagueño. Y con todos los jugadores implicados. Supo, además, aprovechar la zozobra blanca para construir un puente que casi le lleva de orilla a orilla. Se le derrumbó en la prórroga.

Los de Plaza salieron en tromba y, tras el segundo parón por el fallo en los relojes de posesión, logró un buen botín: 6-17. A Laso no le sentaron bien las pausas. Enfado mayúsculo, aunque Mirotic y Darden le ablandaron el gesto con 14 puntos entre ambos: 20-19. Ya no saborearía otra ventaja hasta el último cuarto. El Madrid seguía a contracorriente el ritmo que marcaba Calloway­. El base americano hizo un segundo cuarto estratosférico, lo controló todo y anotó. Mucho. Doce tantos al descanso. Floja defensa local. Mal en individual y mal en las ayudas, pusilánimes y lentas. La brecha crecía. El 45-57 se fraguó por la comodidad con la que lanzaban unos y otros, por los seis triples anotados del Unicaja, que después sólo añadió tres en los dos últimos cuartos y en la prórroga. Por la gatera de los triples se escapó la sorpresa.

El Madrid no ganó el partido en el tercer cuarto, pero empezó a hacerlo. Su mejor parcial, con un Darden que echaba fuego por la boca. Un triple de Llull firmaba un 8-0 (53-57) y poco después entraba Slaughter, pletórico atrás, pies y brazos para llegar a cada penetración rival. El californiano puso los cimientos y Sergio Rodríguez el talento y… ¡cuatro robos! Entre el final del tercer periodo y el inicio del último sobrevoló el parqué. Inalcanzable hasta para sus compañeros. Once puntos casi seguidos que amagaron con quebrar la resistencia malagueña (79-73, minuto 36). Pero no, el Unicaja mostró fe infinita. Fran Vázquez era el señor de las alturas y Suárez, que ejercía de falso pívot, mandaba el choque a la prórroga (83-83).

La sombra de la Final Four oscureció el Palacio. Frente al mal presagio... Mirotic­. Siete puntos para dar un cuerpo de ventaja al Madrid. Ya no lo perdería. Granger dispuso de un lanzamiento para forzar otro empate, pero dudó y extravió el balón. Oportunidad perdida.