UNICAJA 88 - REAL MADRID 75 (1-2)

El Unicaja aplasta al Madrid

Una gran actuación colectiva de los malagueños, liderados por Caner-Medley, Granger y Vázquez, arrasó a un Madrid que se hundió en el tercer cuarto. El jueves, cuarto partido.

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Qué pasada de partido. Qué ritmo, qué toma y daca y qué acierto del Unicaja. Nunca es tarde, dicen; pero cómo hubiéramos disfrutado del equipo malagueño a este nivel en su Copa, allá por febrero, y en la Euroliga. Que lo veamos desde el principio la temporada que viene. La que viene y la que queda de esta. Porque aún hay mucha tela que cortar en la semifinal, que si el Unicaja repite triunfo este jueves, nos vamos al quinto, al de la presión y los nervios.

Los blancos siempre han dado la cara durante el curso, si alguna vez fueron más de diez puntos abajo, reaccionaron. Pero ayer, directamente, se la partieron con una cuña de su misma madera, al galope tendido. El Madrid aguantó hasta el inicio del segundo cuarto (29-34). Arreones de Llull, acierto de Darden y la pelea eterna de Reyes. Fue señalarle una técnica a Plaza y el Unicaja se desató con un 10-0 y una furia interior que movía molinos: 48-40. El Madrid iba a merced de una corriente salvaje. Ni Rudy ni Mirotic se sentían cómodos. Nadie lo diría en un duelo a toda pastilla y de fluidez ofensiva. El ala-pívot, además, se hizo daño en un tobillo. Mala caída.

El Unicaja volvía a mandar en el rebote y limitaba las pérdidas. Granger hacia pupa con sus penetraciones, Toolson aprovechaba sus tiros y Suárez era Gladiator. ¡Lo que hace la confianza! ¿Y Fran Vázquez, qué? Pues el rey de la tropa. Primero se cargó a Bourousis y, cuando en la segunda parte Laso recurrió a Mejri (no había jugado en toda la serie por una lesión en el gemelo), le metió un mate al tunecino que creímos ver a Tim Duncan vestidito de verde. En la reanudación se le unió Caner-Medley. Hiper­activo. Pases, tiros, robos y a correr. El Real gastó seis minutos sin anotar: 64-48. Adiós. Plaza tuvo que aguantar el temporal de las críticas durante el año y ahora puede sacar pecho. Ha vuelto la pasión a Málaga, el Unicaja anda de subidón y el Madrid de bajón. Cuatro meses sin la plantilla al completo son muchos meses. Queda el talento, pero falta la chispa. ¿Suficiente para ganar la Liga? Aún diría más: ¿suficiente para pasar a la final? Lo veremos.

En el Carpena gritaban “sí se puede”. Fe y energía. Y el técnico se lo dejaba claro a sus jugadores en un tiempo muerte: “No da igual ganar por diez que por veinte”. Al final fueron trece, aunque la ventaja tocó los 24 puntos (83-59). Los blancos se acordarán del playoff ante el Olympiacos, pero es distinto. Aquí y ahora el Unicaja replica con sus mismas armas. Difícil antídoto. Los nueve tiros libres fallados dan idea de la falta de concentración. Cuando las fuerzas fallan, la mente se dispersa. El cuarto ya está aquí.