A poco más de una semana para el draft, celebrado el pasado día 26, se encendían las señales de alarma al confirmarse la fractura por estrés en el pie derecho de Joel Embiid. El pívot camerunés pasaba de ser uno de los principales aspirantes a ocupar el número uno ("Si hubiese podido jugar desde el principio él hubiera sido el número uno", llegó a manifestar su compañero en Kansas y a la postre número uno, Andrew Wiggins), a caer considerablemente en las quinielas. Sin embargo, la noche del sorteo universitario, los Sixers sorprendieron con su elección, al escogerle con el número tres. "En el momento en que cayó lesionado, supimos que podíamos escogerle", manifestaba horas después de hacerse con sus derechos Sam Hinkie, general manager de Philly.

Sin embargo, poco después, el mismo Hinkie desvelaba que el center africano podría convertirse en el nuevo Nerlens Noel (la gran apuesta de Philly para este curso y quien todavía no ha debutado en la NBA) y pasarse su primera temporada en el dique seco. "He visto informaciones que hablan de un periodo de baja de cuatro a seis meses. Eso no es lo que he oído. El tiempo que le he escuchado al cirujano va desde los cinco a los ocho meses", indicó.

No obstante, el discurso adoptado es el mismo que el de hace justo un año con Noel. "¿Cómo abordaremos el tema? Nos centraremos en la salud a largo plazo del jugador. Ya tuvimos esta discusión antes. No quiero sonar simplista, pero no es así. Todo lo que nos preocupa es su estado", reconoció. Por lo que se desprende de sus comentarios, el hecho de que los Sixers sean uno de los equipos más jóvenes y con más futuro de la Liga (cuentan también con Saric o Michael Carter-Williams) les hace querer dar los pasos sobre seguro y no dejarse llevar por las prisas.

Por su parte, cuando se recupere, el pívot desveló durante una entrevista con Dan Patrick que cumplirá uno de sus sueños y podrá entrenar con Hakeem Olajuwon, su gran ídolo, con el objetivo de perfeccionar su juego.