DWIGHT HOWARD SE SINCERA

"A la gente siempre le gusta ver a David ganar y nunca a Goliath"

En una entrevista con Adrian Wojnarowski, el pívot explica que todo por lo que pasó en los Lakers le ha hecho "mejor persona". "Hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien".

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"A la gente siempre le gusta ver a David ganar y nunca a Goliath"

Dwight Howard afronta su segunda temporada en Houston con las pilas renovadas y con la intención de volver a ser el jugador que dominó los tableros de la Liga a ambos lados de la cancha. "Es algo sobre lo que he estado pensando todo el verano: jugar a ese nivel (el que ofreció durante la primera ronda de Playoffs ante los Blazers) cada noche. Este es mi undécimo año en la Liga. A menudo existe el pensamiento de que 'la Liga Regular es algo fantástico pero que, cuando llegan los Playoffs, es cuando la cosa se pone realmente seria'. Quiero tomármelo en serio desde el primer partido hasta el final de la temporada y luego en la postemporada pasar al siguiente nivel. Es algo sobre lo que Hakeem y yo hemos hablado. Me encuentro mejor físicamente para lograrlo", explica el pívot en una entrevista con Adrian Wojnarowski, de Yahoo! Sports.

Y es que precisemante, su mañtrecho estado físico fue su gran obstáculo durante su breve etapa (únicamente una temporada, la 2012-13) como jugador de los Lakers. Pese a que sus números (17,1 puntos y 12,4 rebotes) no se distanciaron en gran medida de lo que suele acostumbrar, su paso por la franquicia angelina estuvo lleno de sombras. Las enormes expectativas generadas por el 'Big Four' (las llegadas de Steve Nash y Howard se unieron a las presencias de Kobe Bryant y Pau Gasol) no se plasmaron en ningún momento sobre el parqué. Muchos de los seguidores del Staples Center acabaron pagando sus frustraciones con el exjugador de los Magic.

Todo empezó a torcerse cuando los problemas en la espalda que padeció durante su último año en Orlando reaparecieron al poco del inicio de su estancia en LA. Apenas habían transcurrido unos meses desde que fuera intervenido quirúrgicamente de una hernia de disco que llegó a afectarle los nervios de su pierna izquierda. Sin embargo, sus ganas de agradar y de mostrar su compromiso con su nuevo equipo hicieron que acortara los plazos de la recuperación para estar disponible desde el arranque.

"Probablemente debería haber esperado un poco más, pero no me arrepiento de volver a jugar en el momento en que lo hice", se sincera el center. "Desearía que la información acerca de lo realmente seria que era mi lesión  hubiera podido llegar a todo el mundo, cosa que nunca fue así". Sin embargo, su modo de entender la vida le ha hecho ver el lado positivo a todo aquello: "Creo que me ayudó a largo plazo. Me ha hecho desarrollar la capacidad de conseguir que no me afecten las críticas personales". No muestra ningún lamento. "Siempre me enseñaron a no mostrar dolor ni debilidad, a no sentir miedo, a poner siemre una sonrisa. Pero estoy contento de que pasara. Esa experiencia me ha hecho mejor persona. Todo el mundo cayendo encima tuyo, diciendo que no jugábas tan duro como podías...", expone.

Pese a ello, no pone reparos a la hora de decir que aún hay momentos en los que siente que la gente le sigue considerando como el villano de la Liga: "Así es. De hecho, he hablado con una persona cercana a Wilt Chamberlain y me ha explicado que no importa lo que Wilt hiciera, que siempre resultaba ser el malo. A la gente siempre le gusta ver a David ganar y nunca a Goliath". "Todos somos humanos y queremos gustarle a las personas. Somos creados para sentir amor y no odio", reconoce a Wojnarowski. Para lograr revertir esta situación el camino pasa por conseguir victorias y títulos. Lo sabe, y por ello asume el papel de convertirse junto a James Harden en el gran referente de unos Rockets en los que recaló hace poco más de un año tras salir por la puerta de atrás de los Lakers. "Para mí, lo más importante es liderar a los chicos en este equipo siendo la mejor persona que pueda", añade.

A esperas de comprobar lo que acontece en la cancha, parece camino de conseguirlo. Al menos, así lo ven las personas junto con las que trabaja. "Siendo sincero, me parece un jugador mucho más atlético, mucho más fuerte y con un salto mayor", destaca Trevor Ariza, recién llegado a Houston y compañero de Superman durante dos temporadas y media en Orlando. Más explícito aún resulta el gran icono hsitórico de los Rockets, el mítico Hakeem Olajuwon: "Este año es un animal distinto. Tiene un aura a su alrededor. Parece que haya recobrado su juventud". En busca de esta redención, el propio Howard también se siente con las fuerzas renovadas y avisa: "Hacía mucho, mucho tiempo que no me sentía tan bien".