Los Timberwolves emiten ondas de vibración positiva a medida que se acerca la Regular Season, una buena noticia para un equipo que no tiene las obligaciones de ganar muchos partidos o de luchar por los playoffs, asunto ahora mismo inviable salvo que le transfirieran a la Conferencia Este, pero sí la de ir tomando cuerpo en su primer proyecto post Love: Wiggins, Bennett, Lavine, Dieng… y Ricky Rubio, claro.

Ricky cumplió ayer martes 24 años con 180 partidos en la NBA ya a sus espaldas (y 1458 asistencias repartidas). En el arranque de su cuarta temporada, clave en su posicionamiento dentro de la Liga y de cara a firmar el mejor contrato posible metido de lleno en difíciles negociaciones con los Wolves, el base español sabe que su gran margen de mejora está en el apartado anotador: meter más puntos y hacerlo con mejores porcentajes y con un rango mayor a la hora de atacar el aro. En eso está y según avanza la pretemporada está mostrando una agresividad mayor, sobre todo a la hora de penetrar. En los dos últimos partidos, le ha dado réditos.

Porque después de los 13 puntos en la victoria de su equipo ante los Thunder, se fue a 16 en el triunfo ante los Pacers, el equipo contra el que los Wolves abrieron pretemporada con derrota hace dos semanas. Después de empezar con una mala serie de 1/5, enderezó el pulso anotando sus tres siguientes tiros (4/8) y firmó un 7/8 en tiros libres que se suma al 9/10 del partido anterior. En dos noches, 16/18 desde la línea de personal, prueba de su mayor asertividad en ataque. Además, sumó ante Indiana (22 minutos en pista), 3 asistencias y 2 rebotes y tiene sus medias de pretemporada en 9,7 puntos y 5,7 asistencias.

Esos 16 puntos son la mejor marca anotadora de Ricky desde el pasado 13 de abril, cerca del cierre de la última Temporada Regular. Desde entonces no había alcanzado esa cifra ni en el final la pasada campaña, ni en los tres partidos anteriores de esta pretemporada ni en el Mundial, donde sólo anotó en dobles figuras ante Serbia (12 puntos). ¿Un buen síntoma? Eso parece. En la Temporada 2013/14, Ricky sólo anotó 16 o más puntos en diez partidos de los 82 que jugó (con tope en 25). En 45 se quedó en 9 puntos o menos y sólo en 4 anotó más de 20. Si mejora ese rango estadístico, podría acercarse de forma casi definitiva al nivel de los mejores bases de la NBA. La visión de juego es incuestionable: en los mismos 82 partidos de la última temporada, sólo se quedó en 7 por debajo de las 5 asistencias y en 29 dio 10 o más.

Los Wolves ganaron un partido que empezaron perdiendo 0-9 pero cuyo primer tiempo cerraron con un 15-0 en cuatro minutos y medio, impulsados por un Anthony Bennett que definitivamente está dejando atrás su nefasto estreno de número 1 de draft en los Cavaliers. Los aires fríos de Minneapolis le sientan bien (17 puntos y 5 rebotes en menos de 17 minutos, 7/9 en tiros) y lideró en anotación a un equipo sin Andrew Wiggins, reservado por molestias, y con una buena aportación de Mo Williams y Budinger (13 y 12 puntos).

Si se considera una primera unidad Ricky-Martin-Wiggins-Young-Pekovic, los de Saunders van a tener una rotación profunda y muy superior a la de anteriores temporadas con Williams, Brewer, Bennett, Lavine, Dieng, Budinger, Muhammad, Turiaf o Barea, que sigue en el equipo mientras no haya noticias en sentido contrario. Enfrente esta vez tuvieron a unos Pacers sin West o Stuckey y en los que se fue del partido George Hill por problemas en una rodilla. Los mejores del equipo de Frank Vogel fueron Sloan (19 puntos, 5 asistencias), Copelan (17 puntos) y HIbbert(14 putnos, 9 rebotes).