El 24 de septiembre de 1992 el entonces llamado Festina Andorra (inscrito en la Federación Catalana) lograba su primera victoria en la ACB frente al Baskonia (95-79) e iniciaba un periplo de cuatro años en la élite del baloncesto español. El pasado sábado, 8.059 días después, el equipo del Principado sumó el primer triunfo de su segunda etapa en la máxima categoría... y precisamente ante el rival de aquel estreno ganador (87-85).

Han tenido que pasar más de 18 años para que un pequeño país de 58.000 habitantes —algo más de 30.000 tienen la nacionalidad andorrana— cumpliese lo que parecía un sueño. Y lo ha hecho con un lema: Sóm un país (Somos un país), tal como explica el presidente del club, Gorka Aixás: “Nuesto factor diferencial con el resto de clubes ACB es que con un presupuesto muy modesto, 3 millones de euros, tenemos a todo un país detrás. Me hace sentir orgulloso de ser andorrano”.

Estabilidad. El club firmó un acuerdo por diez años con la entidad bancaria MoraBanc, ahora su patrocinador principal, por 5.284.000 euros. El Gobierno de Andorra aporta 2,3 millones para la temporada 2014-15, cifra que irá disminuyendo según avancen las temporadas (2,1 millones para la 2015-16 y 1,6 para la 2016-17). El dinero de MoraBanc fue para que el equipo cumpliera con los requisitos de la ACB para competir en la Liga Endesa: canon de entrada de más 3,12 millones, aportación al fondo de regulación de ascensos y descensos de 1,5 millones y un aval de 600.000 euros. A eso se sumó el avance de fondos de 970.000 que hizo el Gobierno para la remodelación del Poliesportiu del Govern de Andorra, para 5.000 espectadores. La inversión en la plantilla no fue excesiva: el técnico Joan Peñarroya renovó por dos años y con contrato se quedaron Trias, Navarro y Zengotitabengoa. Schreiner, Blanch y Green ampliaron su vinculación y llegaron Román Martínez, Gomes, Bogris y el exazulgrana Víctor Sada, gran fichaje de un equipo que aspira a la permanencia y sueña con la Copa.