Marc Gasol y LaMarcus Aldridge. Dos de los mejores 'altos' de la NBA se vieron las caras esta madrugada en la victoria de los Memphis Grizzlies en Portland ante los Trail Blazers (99-112) con el español como claro vencedor en la lucha de titanes por ser el mejor en la pintura de la Liga.

Ambos son líderes en sus equipos. Jugadores claves para el futuro de sus franquicias en la Conferencia Oeste. Un 'salvaje' Oeste en el que si te descuidas, puedes pasar de ser primero a noveno en un suspiro y fuera de playoffs la vida siempre es más complicada. Esta idea, la de luchar por estar entre los ocho mejores, es un concepto que los Grizzlies tienen claro. Tras la dura experiencia del pasado curso, cuando en el último suspiro entraron en las rondas finales es algo que no quieren que se vuelva a repetir y por ello no dejan supervivientes. Allí donde van, imponen su ley con Marc Gasol como líder de un batallón de duros guerreros, que dejan el Showtime para otros: lo suyo es ganar. Y sus solo dos derrotas en 16 partidos, que le asientan actualmente como el mejor equipo de la Liga, atestiguan esa idea.

Y el partido en Oregón fue un ejemplo. El equipo que entrena David Joerger no comenzó con buen pie. En un visto y no visto, se encontraron 12 puntos abajo (18-6) después de un tiro libre de Aldridge y se inició la travesía hacia la decimocuarta victoria de la temporada. Remando con fuerza, con paso firme, se situaron al final del primer cuarto sólo dos tantos abajo (25-23). Calentaron el duelo a fuego lento y dieron el zarpazo letal en los segundos 12 minutos: 5:22, 35-36. Pero faltaba lo mejor.

Con sólo seis puntos, Marc se fue al descanso, perdiendo en su duelo particular de grandes señores de la NBA con LaMarcus (11). No se lo podía permitir. Nadie tiene más claro su posición, su dominio y su ansia de victoria que el internacional español. Hizo suya la segunda parte como en el partido anterior en Los Ángeles. Anotó 14 tantos en el tercer cuarto, para finalizar el encuentro con 26, siete más de los logrados por Aldridge que vio impotente como su equipo perdía por cuarta vez esta campaña, dejando su racha de victorias seguidas en nueve, a pesar del buen hacer de Wesley Matthews (26) y Damian Lillard (20),